domingo, 5 de febrero de 2006

Camila

- ¡Mariano!, tienen tu nombre.- ¡Qué linda que estás!- Mariano, ¡por favor!, tenía que advertirte, ¿entendés? Aprovechá ahora, antes que se ponga el sol.- Te entiendo, ¡Camila!, te leo cristalina… Estás en la hacienda, buscándome, rompiendo esa barrera… ¡qué linda que sos!- Mariano, este no es el momento...- Decímelo en palabras tiernas y sonoras, Camila, quiero oírlo de tu boca húmeda, quiero verlo en tus ojos tiernos, bajo la amplitud de tu frente amplia, decímelo y después me voy; después de saber qué soy yo para vos…- No me vengás con eso ahora, no hay tiempo que perder y además, estoy brava con vos, con tu intelectualismo liberal, con la supuesta ilustración.- Camila, ya no importa nada… decímelo en voz baja, ahora que estamos solos, decímelo.- ¿Qué?- Lo que en esta hora es importante… y después me voy.- Mariano, que lo que te importa a vos no me importa a mí, al diablo con tus ideas afrancesadas, llevás sangre francesa, Pallais, ¿verdad?- Se pronuncia Palé y soy español, Camila, todo lo hice por España.- Pues más bien parecés francés.- ¡Oye!, el Rey tiene sangre francesa, más que yo.- El es España.- España sos vos, soy yo, somos todos.- El es soberano.- Soberano somos nosotros, los españoles. Esas ideas absolutistas no dejan de ser francesas, del tiempo del Rey Sol, rancias, atrasadas si querés, pero francesas.- No cuestionés a mi Rey.- Camila, si fuera más moderado, si reconociera la Constitución de Cádiz que legislamos en su nombre para liderar la resistencia mientras el bordaba y danzaba en Valençay como un cobarde, nosotros, los que mantuvimos el espíritu de España bajo el dominio Francés, los que apoyamos al ejercito y la guerrilla mientras el cedía y pactaba con Napoleón, nada de esto estaría pasando.- No vengás con tus discursos, no me vas a confundir, al diablo con tus ideas liberales, no las puedo aceptar porque están en contra de la Iglesia, porque son ateas y porque quieren cambiar lo que ha funcionado por 300 años.- Ese es el punto.- ¿Qué?- Eso, que has venido a pesar de mis ideas; por mí…- ¡Mariano!- Esta claro, a pesar de mis ideas y traicionando a tu padre, por encima de la Iglesia, por encima de tu Rey, has venido a ayudarme, as venido por mí, porque te soy más importante que todos ellos...- No me vas a confundir.- Camila, ahora que todo se derrumba y precisamente porque todo lo perdemos, estamos libres de todas esas cosas... ¿entendés? libres, solos, vos y yo..., Camila, en medio de toda esta desgracia, te tengo a vos, que sos mi única verdad...- Mariano, no querrás aprovecharte de las circunstancias para salirte con la tuya.- No tenemos que seguir rechazando nuestros sentimientos de amor como si amar fuera perverso, tenés derecho de amar lo que ya estás amando... Te esperaría todo el tiempo del mundo con paciencia hasta que comprendás que tenés derecho de volverte a casar, ¡pero nos han quitado el tiempo!… y sólo tenemos un par de horas, Camila, y después... ya no te voy a volver a ver. ¿Comprendés? Al menos dejame fijarme en vos, para aferrarme a esta España que voy a perder, a nuestra América española, y después, Camila, después me voy.- ¿Y qué vas a hacer después? ¿Adónde vas?- Camila, me derrito por oírte.- ¿Por que me preguntás lo que sabés?- Por que te quiero, Camila, porque me fascina oírte, palparte, respirarte, sentirte mía otra vez...- Bueno, sí.
- Si ¿qué?- Mariano, no me siento bien hablando de estas cosas.- Decilo, Camila, decímelo de frente, quiero verlo en tu mirada...- ¿Y cómo vas a ver mi mirada?- ¡Camila!- ¡Pues sí! Entendiste liberal, que sí, eso, ya te lo dije, ¡uf!, que alivio.- ¿Cuánto?- Mariano, ¿acaso no se nota? Perdoname si trato de mantenerme fuerte, pero es que a veces creo que todos lo notan… Mi marido decía que te quiero a vos, que cosas… ¿no?- Sí, Camila, lo noto, ¡claro que lo noto!, siempre lo he notado y también lo siento... en tu mirada lo siento, en tu acento lo siento y por eso, Camila, ahora que todos me abandonan, vos sos mi razón en esta vida. - ¿Y tus ideas liberales, esos sueños de representación, la Constitución?- Las dejé ir, Camila, hoy, hace un par de horas, las dejé ir. Hubiera pensado que me iba a costar más, después de todo lo dejé todo por ir a la península, por esas ideas... - ¿Y tus ideales?- ¡Qué lindo sería ese mundo en democracia! pero hoy comprendí que esas ideas son también de otros, ¡de muchos!, conmigo, sin mí, ¡que más da!; pero vos, Camila, vos sólo me tenés a mí... Quizás por eso, y porque estoy tan joven, y porque no te he amado… se me hace tan difícil dejarte otra vez...Mariano agarró las manos de Camila, sus manos suaves, esas manos dulces que absorto había estrechado en su adolescencia..., esas manos que tanta falta le habían hecho… y ahora las tenía completas, ¡ambas manos! quietas, entregadas entre sus mano, otra vez, y sintió la calma..., esa paz, sí, la paz de Camila, ella era su hogar... Entrelazó sus dedos entre sus dedos, de esa forma que hacen los amantes, las manos de Camila entre sus manos, sus dedos entre sus dedos, el calor de las manos de Camila entre sus manos... Perdió el habla, se quedó en silencio... Sintió otra vez esa sensación de estar completo, de regresar a su tierra después de haber estado en la mar, esa sensación del hijo prodigo que regresa y lo abrazan en su hogar... de que el tiempo no había pasado, como si fuera hace seis años…- Ahora andate Mariano, por mí, por favor, andate; no quiero que te hagan daño.- ¿Y cómo me voy a ir ahora?...- Tenemos que ser realistas...- Soñaba con vos Camila, todo este tiempo el mismo sueño una y otra vez, estábamos juntos, me dabas esta misma sensación de paz, de armonía, y después despertaba a la angustia de no tenerte... era como perderte de nuevo… Sabés, eso hacían los franceses con los paisanos, los ahogaban para revivirlos y así poder volverlos a matar… No, no puedo dejarte ahora... - Pero te están buscando.- Nuestro amor era un río, las circunstancias lo frenaron, pero no secaron el manantial, tan sólo lo represaron… ¡y ahora es un mar! Y yo necesito entregare todo este cariño que he llevado por tantos años… sin derecho a la nostalgia, sin lograrte enternecer… Sí, al menos una vez necesito abrir las compuertas, unirme a vos, amarte como me habías prometido, y después me voy, después…Camila estaba aturdida, había soñado toda la vida con este momento, las manos de Mariano desabotonándola… su marido nunca la desnudaba, sabía que Mariano era mucho más romántico, como ella, y siempre quiso saber como era entregarse enamorada, por amor, sentirse así de enamorada y a la vez apasionada… fundirse en encanto y en él, en ambos a la vez... Sentir las manos de Mariano desabotonando cada botón de su blusa, uno por uno por encima de su piel, sus manos en su pecho, suavemente; le parecía recordarlo cuando posaba sus manos y la acariciaba poco a poco hasta sacar su pecho y besarlo mientras ella miraba su gesto de admiración, de deseo, de encanto, y sentía el calor de sus manos trémulas de emoción encima de ella... Pero tenía miedo, mucho miedo, era más fácil soñar, y temía no tener el valor…
- He dedicado mi vida a Dios, Mariano, yo no podría, además...- Además me amás...- Además, ¿qué pensará Dios?- Camila, ser demócrata no significa ser ateo. Soy demócrata pero amo a Dios con todas mis fuerzas...- Pero no obedecés a la Iglesia.- No estoy en contra de la Iglesia, aunque estoy a favor de la democracia.- Eso es el desorden, anarquía, el ateismo de los Estados Unidos…- Ya no me importa la política, Camila, si Dios te dio este amor, tu verdadero amor, Él lo bendice.- ¿Y el mal? No podemos negar que existe.- No, claro que existe, es el hambre, la corrupción, la ira. El mal es la falta de amor.- ¿Aja?- El amor, cuando es puro, es el amor de Dios.- Pero no estamos casados...- Cuando hay amor, Camila, verdadero amor, es el amor de Dios...- Te he llevado siempre adentro, en el alma, en el corazón. Me cuesta decir esto y a la vez me da tanto miedo... Tengo un nudo en el estomago, no sé si de emoción, o de miedo...- Yo tengo nudos en todos lados, de emoción, de encanto, de amor…- Tuve miedo que no regresaras de la guerra, no me has contado, ¿estuviste en peligro?- Una vez, cuando supe de tu boda acepté una misión peligrosa para rescatar al Rey, en Bayona, sólo yo hablaba francés sin acento. - ¡Qué idiota!, no te lo hubiera perdonado…- No fue bien planeado, pasó y creo que tu imagen me rescató del peligro, corrí más que los demás y como hablaba francés, me escondieron.-¿En Francia?- Entre Bayona y San Fermín, el mismo Rey nos delató, no vio viable el plan o tuvo miedo, es un cobarde. Cuando huía sólo miraba tu imagen, el primer beso... tu cariño…- Y yo aquí, soñando con vos; he soñado con vos, no es pecado soñar, ¿verdad? No hay voluntad…- El amor nunca es pecado.- Me despertaba agitada, caliente, ya sabés adonde...- Te siento igual que antes, Camila, como si nunca nos hubiéramos separado, como si nunca me hubiera ido...- Pero no sólo dormida, Mariano, no sólo dormida he soñado con vos, te he imaginado a mi lado, he sentido tus besos, hasta los que no me llegaste a dar y me he dejado amar...- ¡Qué linda, Camila!- Y cuando mi marido me toca, que Dios me perdone, he imaginado que estoy con vos... Fue un error, Mariano, estaba sola, conocí este hombre que pasó por Corinto, en tres meses nos casamos, no sé ni cuando le di el sí...- No tiene importancia.- No me casé enamorada…- Mi pobre Camila… y yo amándote desde España…- Imaginate como fue para mí, todos los domingo me encontraba con tu hermana en misa, le preguntaba por vos.- Ella siempre te quiso como una hermana.- Me informaba de todo, desde que supieron de vos, todo…- Camila, recuerdo todo lo que hemos hecho juntos, todo...- Yo también recuerdo cada cosa...- La última vez que nos vimos, lo que me ofreciste…- Claro. Vos por respetarme, ¿no?- Ya sabía que me iba a la península, no podía decirte, ni quería dejarte así... ¡Qué tonto que fui!- Tonto no, noble.- Tonto.- Puro, bello, enamorado.- Y vos casada, ¡sin amor!, tantas veces me he arrepentido, al menos debí explicarte …- ¿Por que no me propusiste?- Creí que estaba claro, es decir, que desde que regresara...- Ni siquiera me dijiste que te ibas.- No, si ahora está todo claro.- La vida nos jugó sucio.- Fue culpa mía, Camila. Debí encontrar la manera de decirte, además, debí aceptar tu oferta...- ¡Hubiera sido una despedida!- Y vos, al dejarme de ver, me hubieras odiado…- Quedé confundida. ¡Nadie sabía donde estabas!, nunca regresabas…, pensé que ya no me querías, pero siempre sentí que me respetabas, te adoré más...- Fue duro, no despedirme... ¡No tenés idea!- No, es mas duro que te abandonen y después de ofrecerme, no sabía ni que pensar...- Al menos estabas con los tuyos, para mí todo era nuevo, peligro, ¡y la responsabilidad!- Al menos vos estabas en un lugar nuevo, aquí todo me hablaba de vos.
- Nos miraban de menos en el congreso, vos sabés, aunque éramos españoles, no éramos peninsulares... - Si al menos hubiera tenido tus notas, algo tuyo... Me obligaron a quemarlas.- ¿Celos?- Tal vez sabiduría.- ¡Cómo!- Todo el tiempo decía que no te he olvidado, bueno, hasta el final, el presentía.- ¿Dónde cree que estás?...- No dije, pero sabe... Tiene que saber.- Te quiero Camila, te quiero.- Te amo… Con todo el amor de Dios, te adoro.Mariano se acercó a Camila un poco más, mirándola de frente, cara a cara, como hacían antes, a pocos centímetros de distancia, casi besándola, pero más bien dejando que la energía fluyera a través de la mirada y en el aliento que a esa distancia de ella respiraba… Camila sintió su aliento, ese aliento que por tanto tiempo quiso respirar, sintió que desfallecía en delicia, pero tuvo temor…- ¿Porque te fuiste a la península?- Por España, pero eso ya pasó…- Pudieron ir otros- Sí- ¿Entonces?- Eran tiempos difíciles, estábamos ocupados por el ejercito invasor, no se sabía donde radicaba la autoridad, el Rey apoyaba la ocupación, el pueblo la rechazaba en el nombre del Rey, se hablaba de representación y de lealtad al rey, todo era confuso, todo estaba en juego, se requería gente con ideas claras, por eso, sí, por las ideas.- ¿Y por eso me perdiste? Eras mi vida y ni siquiera me propusiste...- Me arrepiento Camila. No tenés idea la cantidad de veces que me he arrepentido. La cantidad de veces que soñé que la vida me daba otra oportunidad. En el sueño estábamos vos, el yo de entonces y el yo de hoy y se repetía todo, igual, mientras el yo de hoy miraba con tristeza, con tanto pesar que volvía el sueño a comenzar, otra vez a ese momento cuando todavía podía quedarme... Y siempre volvía a irme, mientras el yo de ahora miraba con claridad el error que estaba cometiendo, sin podérselo comunicar, hasta que al final lograba comunicarle al yo de antes del grave error que significaba dejarte y entonces me quedaba… Sabés, no creo que nunca en mi vida haya tenido una sensación más completa de deleite, de encanto, de euforia, como la sensación de cuando lograba regresar el tiempo atrás y me quedaba…
- ¿Camila, desde cuándo sabés que me querés así?- No sé, no quiero averiguar, me da miedo saber.- ¿Antes de separarte?- No quiero saber…- ¿Antes de casarte?- Creo.- Desde que vinieron de España.- Me parece, no sé. Siempre me gustaste, me atraías, me inquietabas, un no sé qué desde que te vi por primera vez a los doce años. ¿Eso es querer?- Te quiero Camila.- Contestame, ¿eso es querer?- Depende.- ¿De qué? - De si me das un beso.- No te burlés de mí, contestame.- Y ahora sos vos la intelectual, todo lo querés poner en palabras, ¿cómo es que me decís? filósofo…- Sí, para entenderte mejor, quiero entender como sentís y como pensás. Quiero pensarlo todo, como vos lo pensás, quiero vivir las cosas de todos tus ángulos, como vos las vivís. ¿Cómo es que vos me decís? Quiero abrazarte con el pensamiento…- Eso es amor.- Te amo.- ¿Con toda tu fuerza?- Con toda mi fuerza y más, con todo lo que soy...- Qué linda!- Así es como te quiero.- ¿Vas a ser mía? Tu promesa, ¿te acordás?- Ya soy.- Contestame.- Te quiero.- No sé que entender.- Te quiero.- ¿Más que a España?- Más.- Te creo.- Te quiero.- ¡Qué linda como siento tu mirada!Camila sentía su sangre hirviendo, mientras la invadía una sensación de humedad y una punzada entre las piernas … una necesidad más fuerte que ella de entregarse… no podía razonar con claridad, ni siquiera estaba segura de estar pisando el suelo… de estar en un lugar determinado, sentía difundirse, esparcirse en el espacio, o no estar en el espacio; le costaba mantener la conversación, mientras sentía hacerse uno con Mariano… Pero tenía miedo, miedo por Mariano, miedo de romper la moral que con tanto sacrificio había mantenido…- Mariano, tenés que irte ya, por favor, no tomés riesgos, no me importa no verte más, pero no quiero que te maten. Andate, por favor, ya pasó la hora, andate que si te ahorcan sólo habrá dolor en mi camino, apiadate de mí, por favor, andate ya.- Ya no me pueden ahorcar.- No bromées con eso, todo lo que vos querrás, Mariano, ¡todo!… pero que no te maten.- Son uno o dos segundos en el aire, revivís tu vida, eso es todo...- No hablés de eso, por favor…- Sólo dejame decirte, Camila, que en ese instante, cuando caés al vacío, mientras recorrés tu vida, en ese instante, sólo estás vos... tu mirada, tu aliento, el roce de tu mano, esa imagen de amor incondicional, vos… en ese momento cúlmine, te entra una paz… y entonces todo lo dejás ir... tus ideales, el futuro que no tuviste, el dolor de no haber vivido más, todo, y sólo te queda espacio para una imagen, y esa imagen sos vos que sos eterna y regresas a la inmensidad...- Te quiero, poeta, te quiero.Camila posó sus labios carnosos tiernamente sobre los labios de Mariano, tiernamente y a duras penas encima… sus labios humedecidos con ese sabor salado de la hora del dolor, con ese sabor dulce de la hora del placer, y Mariano pensó que después de haber tomado de sus labios húmedos, cualquier cosa podía ahora enfrentar. Ya nada importaba, estaba en paz...- Andate, poeta, mi amor, amor de mi vida, mi amor, andate, no puedo ser tan egoísta en retenerte, no te arriesgués, te doy permiso de irte a los Estados Unidos, con esos liberales alejados de la Iglesia, pero que no te maten.- Camila, mis contactos me dicen que tengo al menos siete horas, hasta las cinco de la mañana antes que los peninsulares crucen estos campos, estamos protegidos por los coloniales, ¿sabías?- Está bien, quedate, pero una hora nada más, sólo una hora, o dos, quedate aquí conmigo, en este amor de Dios y después te vas y hacés lo que tengás que hacer para escaparte, que yo ahora voy a hacer lo que tengo que hacer. Sí, mi amor, síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, lo que debí haber hecho desde siempre…- Toda mi vida esperé este momento…- Sí, Camila, y ahora que sólo vos importás, decime, ¿cómo sos en el amor?- Mariano, otra vez de intelectual.- No, Camila, esto no tiene nada de intelectual, es cuestión de quererte de todas las formas y maneras, por completo y eso incluye la conciencia de tu goce... tus ideas, tus palabras, tus pensamiento. Camila, yo también quiero abrazarte con mi pensamiento, quiero entrar en ideas adentro de vos, quiero fundirme en tu cuerpo, en tu mente y en tu alma; y quiero marcarte, como los animales salvajes; quiero marcarte con mi forma de amar… completo: místico, intelectual y sensual, todos en su totalidad y todos a la vez… Cuando me haya ido, quiero dejarte mi presencia y quedarme con vos...- Pero no tenés que preguntarme esas cosas tan embarazosas.- Bueno, dejame que te lo pregunte de otra forma, ¿qué es lo que más te gusta en la vida?- Me estás abochornando.
- Y a mí, Camila, me estás dando toda la felicidad, porque ya lo dijiste, lo que te parece indecible, ya me lo dijiste... ahora decirlo en palabras, vamos, que quiero oírlo de tu aliento...- ¿Qué querés oír?- ¿Qué es lo que más te gusta en la vida?- ¿A mí? vos.- Sos más inteligente que yo, Camila, me desarmaste, y además, te tengo que decir, que a mí también, Camila, vos. Tenés razón, Camila, sos vos.- Sí, sos vos.- ¿Y que te gusta de mí?- No Mariano, vos sos el intelectual, te toca a vos, ¿qué te gusta de mí?- Todo, Camila, todo.- Bueno, vas a tener que ser más específico, ¿cómo es que vos decís? Más sabroso, vamos poeta, decímelo al oído, mojame más.- Me dejás sin palabras… me derrito en encanto…- Vamos poeta, decime.- El idioma no tiene las palabras para expresar todo lo que me gusta de vos.- Sí que las tiene, el español es un idioma poético, vos siempre lo dijiste.- Vení y te lo digo en besos...- Primero decime y después me besas adonde esté más húmeda…- ¡Que reto!- Vamos, que quiero sentir tus labios…- Si pudiera decirlo no sería tan misterioso, ¿no crees?- Vos podés decir más que eso, por eso sos mi poeta, ¿no crees?- Eso, eso es lo que me encanta de vos.- ¿Qué?- Eso, tu cabeza dura, eso, que nunca te rendís.- Podés excitarme más, mucho más… Tratá.- Lo que más, más me gusta de vos es que sos especial, única, que amás la vida, que gozás, que sos atrevida, que sos segura de vos misma, que te admiro, que me excitás, que me mirás a los ojos, así, directa, con seguridad, que me querés, eso, todo, y, sí, que sos apasionada…- Eso lo tendrías que averiguar.- Siempre lo he sabido...- De toda forma, eso es muy amplio, pensá, ¿qué es lo que más te gusta de mí?- Sabés, es algo místico, inefable, es sentirte incondicional, es sentirte completa, entregada, ¡toda!… como sólo vos me podés amar… es cierta llave que algún día te di, cuando eras todo, y todo lo encontraba en vos… Es sentir que sos todo en mi vida, que soy tuyo… que cuando te veo me derrito en esta presencia que me hace flotar… Es saber que sos el amor de mi vida, mi todo y que al mismo tiempo con vos tengo todo…- Me dejás sin palabras… Entre tus besos y tus palabras me tenés húmeda, empapada, casi desde que llegué, me tenés excitada, necesito sentirte; necesito tenerte y saberte adentro de mí… Ver tu cara de amor cuando te hacés placer…- Te quiero.- Y vos, poeta, ¿cómo sos en el amor?- Camila, el amor, como la poesía cuando la recito, me transforman, me arrebatan, y creo que el cuerpo existe mayormente para amar, ¿y vos?- Tu mujer, poeta, es apasionada, vehemente, aunque le da miedo ser así.- Así lo sentía, Camila, aunque no lo supiera, lo sabía. Toda tu vibración, todo tu encanto, siempre me hablaron de una diosa, de un sueño, de algo inmortal...- No, poeta, esa vibración no la sentís porque yo sea especial, aunque lo soy, sino porque nunca pude esconder lo que sentía cuando estaba cerca de vos. Cuando te miraba, Mariano, me impactabas, tu sola presencia despertaba todo tipo de sensaciones; aun cuando vos no me habías visto, el sentirte cerca me inquieta, por todos lados, ¿entendés?, por todos lados…- Sí, lo sabía, algo así como una realidad en medio de otra realidad, yo te sentía mojada en medio de la gente... Como un sueño en medio de la realidad, yo te sentía soñar en medio de lo material...- Y yo con miedo que se me notara...- Siempre lo supe, o lo noté, ya no sé…- Sabés, me gusta estar en control, pero con vos, me pareció que no tendría control. Tenía miedo de mis propias reacciones. Además, esta lo otro, que me hace sentir culpable de quererte, pues quise desde siempre... y me odiaba por eso.- Sí, sabía, lo podía leer, lo presentía…-Pero ahora soy tuya. Como me hubiera gustado establecer esta relación abierta y sincera desde antes con vos… Mariano, ¡como me hubiera gustado!- Celebremos lo que tenemos, Camila, que es mucho y la verdad, me parece todo…Mariano se quedó con Camila, quien ya había perdido el temor por seis horas más, hasta las cuatro de la mañana cuando se despidió de Camila para irse con un grupo de criollos que lo estaban esperando. Se montó en su caballo y antes que saliera la luz del sol salió en dirección a la playa de Corinto, donde le había dicho a Camila que lo esperaba una embarcación. Todo estaba arreglado y Camila se despidió de Mariano sonriendo mientras lloraba.Mientras esperaba que se hiciera de día Camila organizó algunas cartas que Mariano había dejado para su familia, había una para su madre, otra para su padre y una carta para ella donde se excusaba por no haber podido envejecer a su lado...A eso de las cinco y treinta de la mañana llegó el gobernador del departamento de Nicaragua, el peninsular Don Samuel, padre de Camila.- Camila, te hemos buscado por todos lados, .- Se fue Papá, huyó.- Ojalá así fuera, Camila, lo atrapamos ayer en Corinto como a las tres.- No puede ser, si...- Que Dios me perdone, Camila, tampoco sabía...- ¿Donde está?- Lo siento…- ¿Cuándo?- Ayer, un poco antes de ponerse el sol.
Mariano Puño Rivarola

No hay comentarios: