jueves, 20 de julio de 2006

Cuatro esposas

Había una vez un rey que tenía cuatro esposas. Él amaba a su cuartaesposa más que a las demás y la adornaba con ricas vestiduras y lacomplacía con las delicadezas más finas. Sólo le daba lo mejor.También amaba mucho a su tercera esposa y siempre la exhibía en losreinos vecinos. Sin embargo, temía que algún día ella se fuera conotro.También amaba a su segunda esposa. Ella era su confidente y siemprese mostraba bondadosa, considerada y paciente con él. Cada vez que elrey tenía un problema, confiaba en ella para ayudarle a salir de lostiempos difíciles.La primera esposa del rey era una compañera muy leal y había hechograndes contribuciones para mantener tanto la riqueza como el reinodel monarca. Sin embargo, él no amaba a su primera esposa y aunqueella le amaba profundamente, apenas si él se fijaba en ella.Un día el rey enfermó y se dio cuenta que le quedaba poco tiempo.Pensó acerca de su vida de lujo y caviló: "Ahora tengo cuatro esposasconmigo pero, cuando muera, estaré solo." Así que le preguntó a sucuarta esposa: "Te he amado más que a las demás, te he dotado con lasmejores vestimentas y te he cuidado con esmero. Ahora que estoymuriendo, ¿estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?" "¡Nipensarlo!", contestó la cuarta esposa y se alejó sin decir máspalabras. Su respuesta penetró en su corazón como un cuchillo filoso.El entristecido monarca le preguntó a su tercera esposa: "Te he amadotoda mi vida. Ahora que estoy muriendo, ¿estarías dispuesta aseguirme y ser mi compañía?" "¡No!", contestó su terceraesposa. "¡La vida es demasiado buena! Cuando mueras, piensovolverme a casar!" Su corazón experimentó una fuerte sacudida y sepuso frío.
Entonces preguntó a su segunda esposa: "Siempre he venido a ti porayuda y siempre has estado allí para mí. Cuando muera, ¿estaríasdispuesta a seguirme y ser mi compañía?" "Lo siento, ¡no puedoayudarte esta vez!", contestó la segunda esposa. "Lo más que puedohacer por ti es enterrarte". Su respuesta vino como un relámpagoestruendoso que devastó al rey.Entonces escuchó una voz: "Me iré contigo y te seguiré doquiera tusvayas". El rey dirigió la mirada en dirección de la voz y allí estabasu primera esposa. Se veía tan delgaducha, sufría de desnutrición.Profundamente afectado, el monarca dijo: "Debí haberte atendido mejor¡cuando tuve la oportunidad de hacerlo!"
Autor desconocido

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