viernes, 22 de diciembre de 2006

Las cuatro esposas

Había una vez.......... un rey que tenia cuatro esposas. Él amaba a su cuarta esposa mas que a las demás y la adornaba con ricas vestiduras y la complacía con las delicadezas más finas. Solo le daba lo mejor.

También amaba mucho a su tercera esposa y siempre la exhibía en los reinos vecinos. Sin embargo, temía que algún día ella se fuera con otro.

También amaba a su segunda esposa. Ella era su confidente y siempre se mostraba bondadosa, considerada y paciente con él. Cada vez que el rey tenia un problema, confiaba en ella para ayudarle a salir de los tiempos difíciles.

La primera esposa del rey era una compañera muy leal y había hecho grandes contribuciones para mantener tanto la riqueza como el reino del monarca. Sin embargo, él no amaba a su primera esposa y aunque ella le amaba profundamente, apenas él se fijaba en ella.

Un día, el rey enfermo y se dio cuenta de que le quedaba poco tiempo de existencia. Pensó acerca de su vida de lujo: "Ahora tengo cuatro esposas conmigo pero, cuando muera, estaré solo".

Así que le preguntó a su cuarta esposa: "Te he amado más que a las demás, te he dotado con las mejores vestimentas y te he cuidado con esmero. Ahora que estoy muriendo, ¿estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?"

"¡Ni pensarlo!", Contestó la cuarta esposa y se alejo sin decir más palabras. Su respuesta penetró en su corazón como un cuchillo filoso.

El entristecido monarca le preguntó a su tercera esposa: "Te he amado toda mi vida. Ahora que estoy muriendo, ¿estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?"

"¡No!", Contestó su tercera esposa. "¡La vida es demasiado buena! ¡Cuándo mueras, pienso volverme a casar!". Su corazón experimentó una fuerte sacudida y se puso frío.

Entonces preguntó a su segunda esposa: "Siempre he venido a ti por ayuda y siempre has estado allí para mí. Cuando muera, ¿estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?"

"¡Lo siento, no puedo ayudarte esta vez!", contestó la segunda esposa. "Lo más que puedo hacer por ti es enterrarte". Su respuesta vino como un relámpago estruendoso que devastó al rey.

Entonces escuchó una voz: "Me iré contigo y te seguiré dondequiera tú vayas". El rey dirigió la mirada en dirección de la voz y allí estaba su primera esposa. Sé veía tan delgaducha, sufría de desnutrición.

Profundamente afectado, el monarca dijo: "¡Debí haberte atendido mejor cuando tuve la oportunidad de hacerlo!"

Autor desconocido

2 comentarios:

Anonymous dijo...

Hola Gaiar.¡Que triste este cuento! Él quería a casi todas las esposas, excepto a la primera y la primera le amaba excepto las otras que no le amaban.Lástima de amor no correspondido! A veces, las cosas en este tema salen así de mal.

1 virtual abrazo y muy felices fiestas navideñas para ti y para los tuyos.

Gaiar dijo...

Si, asi son las cosas de la vida, espero que el no lo haya sabido demasiado tarde.

Feliz Navidad!!!