domingo, 15 de mayo de 2011

Dejando Huellas

Un hombre que acababa de encontrarse con Jesús Resucitado, iba a toda prisa por el camino de la vida, mirando por todas partes y buscando.  Se acercó a un anciano que estaba sentado al borde del camino y le preguntó:
-    “Por favor, señor, ¿ha visto pasar por aquí a algún cristiano?”
El anciano, encogiéndose de hombros le contestó:
-    “Depende del tipo de cristiano que ande buscando”.
-    “Perdone”, dijo contrariado el hombre, “pero soy nuevo en esto y no conozco los tipos que hay.  Sólo conozco a Jesús”.
Y el anciano añadió:
-    “Pues sí, amigo; hay de muchos tipos y maneras.  Los hay para todos los gustos:  hay cristianos por cumplimiento, cristianos por tradición, cristianos por costumbres, cristianos por superstición, cristianos por obligación, cristianos por conveniencia, cristianos auténticos...”
-    “¡Los auténticos!  ¡Esos son los que yo busco!  ¡Los de verdad!”, exclamó el hombre emocionado.
-    “¡Vaya!”, dijo el anciano con voz grave.  “Esos son los más difíciles de ver.  Hace ya mucho tiempo que pasó uno de esos por aquí, y precisamente me preguntó lo mismo que usted”.
-    “¿Cómo podré reconocerle?”
Y el anciano contestó tranquilamente:
-    “No se preocupe amigo.  No tendrá dificultad en reconocerle.  Un cristiano de verdad, no pasa desapercibido en este mundo de sabios y engreídos.  Lo reconocerá por sus obras.  Allí donde van, siempre dejan huellas.

Autor desconocido

No hay comentarios: