viernes, 5 de enero de 2007

Farid

Farid, el emperador Akbar te tiene mucho respecto; pídele que abra una escuela en tu ciudad.

Farid dijo:

"Nunca le he pedido nada a nadie. Soy un faquir, sólo sé dar."

La gente de la ciudad esta muy sorprendida.

Siempre habíamos pensado que los faquires mendigaban le dijeron pero tú dices que los faquires sólo san. No entendemos estas cosas tan sutiles y tan serias. Por favor, haznos un favor: pídele a Akbar que nos abra una escuela.

La gente de la ciudad era muy tenaz, de modo que por la mañana temprano Farid fue a ver Akbar. Este estaba rezando en su mezquita y Farid se colocó detrás de él. Cuando Akbar acabó sus oraciones, levanto la dos manos hacia el cielo y exclamó:

¡" Oh Dios! Aumenta mi riqueza, aumenta mi tesoro, aumenta mi reino".

Al oír esto, Farid se volvió para marcharse. Akbar se levantó y vio que Farid se estaba yendo. Corrió detrás de él y le preguntó:

"¿Por qué has venido y por qué te vas?"

Farid le dijo:

"Creía que eras un emperador, pero me he dado cuenta de que tú también eres un mendigo. Te iba a pedir una escuela para la ciudad, no sabía que tú también le pides a Dios que aumente tu riqueza y tu tesoro. No me parece bien pedirle algo a un mendigo. Creía que eras un emperador, pero ahora veo que eres un mendigo, de modo que me marcho."

Autor desconocido

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