Tuve un sueño.
Era el atardecer y te recostabas en ese angosto marco de la ventana
que daba al universo. Las dos lunas de la palma de mis manos cubrían
tus ojos y tu preguntabas : donde?
Con mi aliento de mar te guié a ciegas y partimos, tu y yo, en la
noche, mientras el viento hacia girar en una especie de ciclón las
casas , los ventanales , las aguas muertas , todo lo que existía
inerte tomaba vida...y de repente... de repente soñé que estábamos
en Italia , esa de las playas blancas, esas de la suave sombra de
las montañas, esa Italia que no conozco, pero llevo en mi memoria como un intimo recuerdo. Y allí nos quedamos , por horas sentados en
las ventanas , con las piernas bailando en el vacío, bebiendo agua
fresca en jarrones de tierra cocida y el rojo brillante de los
campos iluminando mi fantasía. Tenías un vestido de algodón a cuadros
rojos y blancos y mi piel bronceada te buscaba.
Era verano y yo tenia 20 años . Creí descubrir la luz en tu mirada ,
pero Florencia no era nada mas que matices y colores , catedrales subyugantes
y un erotismo de corredores sombríos y secretos.
Nos bañamos con la noche en las aguas calidas de Napoli y el Vesubio
no era mas que un monstruo dormido ... En Pompeya lloramos en las
calles porque nos dimos cuenta que en realidad no conocíamos nada de
la vida , porque no podíamos con certeza hablar de las películas de
Fellini , ni podíamos imaginar netamente a Mastroianni.
Me abrazaste , y de repente estábamos en Roma tirando monedas y
deseos por un amor verdadero en la fuente de Trevi.
Sueños...deseos...viajes...en realidad no hay ninguna diferencia.
Yo solo se que estaba en tu compañía, y me sentía bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario