Tengo en mis manos dos cajas que Dios me ha dado para que sostenga.Él me dijo, pon todas tus penas en la negra, y todas tus alegrías en la dorada.Yo escuché sus palabras, y en ambas cajas mis alegrías y tristezas guardé.Pero la dorada se fue poniendo más pesada y la negra estaba tan liviana como antes.Con curiosidad abrí la caja negra para saber por qué seguía tan liviana y encontré,en el fondo de la caja un hueco por el cual habían caído todas mis tristezas.Mostré a Dios el hueco y reflexioné en voz alta,Me pregunto ¿donde habrán ido mis penas..?.Él me sonrió, Hijo mío, todas tus penas están conmigo. Le pregunté: Señor, ¿por qué me has dado las cajas, por qué la dorada y la negra con un hueco?.Hijo mío, la dorada es para que cuentes tus bendiciones, la negra es para que olvides todas tus penas.
Autor desconocido
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