La brisa fresca del día que desvanecía, estrellándoselecontra las mejillas sonrojadas a la caricia, jugueteaba envaivenes infantiles , desordenando su cabello , mientras que los dedos suaves del aire se entrelazaban en losmechoncitos que le colgaban sobre la frente , comoabriendo una cortina al sol rosado que en sus ojos se reflejaba.Esa bola de fuego se hundía unos centímetros más en elhorizonte, despacio , cediendo su lugar a ese pedazo blanco deluz en las tinieblas. Ya no faltaba mucho para que el sherbertanaranjado , que hasta ahora se unía en alianza fiel a la luz del sol,se perdiera , se tornara morado y finalmente cediera. Si, hasta dormir en un grisáceo oscuro después de habervestido los colores de un arco iris .-"Que belleza", murmuró en silencio , la admiraciónque sintió le sorprendía , había visto tantosatardeceres! ¿ Que tenía de especial este?Su voz era tan suave , que las palabras murieron alinstante en que leabandonaron y se las llevó con avidez elviento, arrebatándolas y depositándolas en el agua .La oscuridad vistió a la luz en su color favorito y sepintó sobre el cielo , como un campo de batallahurgando zanjas.Pequeños soldaditos de luz empezaron a hacersevisibles en el teñido cielo .El ruido de las olas se estrelló con fuerza contra labase rocosa desde donde ella observaba y la gaviotasvolaron en alboroto unánime , a sus nidos , supongo nomuy lejanos.Todo estaba vivo.El viento se hacía sentir mas frío pero ella estabainmóvil , sus raíces se aferraban a la roca segundo asegundo , se volvía piedra, su respiración se agitabay se volvía viento...Una lágrima rodó por su mejilla yse volvió agua .En el horizonte , el sol se escondía mas aún, hastaque quedó solo un trocito rojo visible sobre el agua .La oscuridadhabía ganado la batalla .-"Que belleza" murmuró en silencio, la admiración quesentió le sorprendió , había visto tantos atardeceres ! Pero este era especial ....
Hoy estaba ciega.
Hoy estaba ciega.
Germán Berdiales
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