El devoto se arrodilló para ser iniciado en el discipulado, y el gurú le susurró al oído el sagrado "mantra", advirténdole que no se lo revelara a nadie. "¿Y qué ocurrirá si lo hago?", preguntó el devoto. "Aquel a quien revelare el mantra, le dijo el gurú, quedará libre de la esclavitud de la ignorancia y el sufrimiento; pero tú quedarás excluido del discipulado y te condenarás". Tan pronto hubo escuchado aquellas palabras, el devoto salió corriendo hacia la plaza del mercado, congregó a una gran multitud en torno a él, y repitió a voz en cuello el sagrado mantra para que lo oyeran todos. Los discípulos se lo contaron más tarde al gurú y pidieron que aquel individuo fuera expulsado del monasterio, por desobediente. El gurú sonrió y dijo: "No necesita nada de cuanto yo pueda enseñarle. Con su acción ha demostrado ser un gurú con todas las de la ley".
Anthony de Mello
No hay comentarios:
Publicar un comentario