Un rey llamado Nobushinge se acercó al maestro Zen Hakuin y preguntó:
-¿Es que existen el Infierno y el Paraíso?
El maestro permaneció callado. El rey insistió algunas veces, hasta que Hakuin dijo:
-¿Quién es usted para venir a perturbar así mi tranquilidad?
El rostro de Nobushinge enrojeció de rabia:
-¡Soy un rey, el señor de todas estas tierras!
-¡Qué rey más idiota! ¡Viajar desde tan lejos para hacer una pregunta estúpida!
Noboshige comenzó a desenvainar su espada.
-¡Ah! ¡Entonces usted está armado! -rió el maestro zen. ¡Pues apuesto a que esta espada está ciega y herrumbrada!
-¡Ya verás! -bramó el rey. -¡Mi furia es como el infierno en la tierra!
El maestro zen se abrió el kimono y mostró el pecho.
-¡Vamos! ¡Acabe con mi vida! ¡En cuanto esta espada toque mi corazón, estaré en el Paraíso!
Hubo un momento de silencio. El maestro miró fijamente a Nobushinge:
-Bien, ¿he respondido a su pregunta? El infierno es perder el control a pesar del poder. El paraíso es mantener el control, a pesar del miedo.
Autor desconocido
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