1994, en un muelle en San Diego, California Yo estaba hablando con una mujer de la Tradición de la Luna -un tipo de aprendizaje femenino que trabaja con las fuerzas de la naturaleza.
-¿Quieres tocar una gaviota?, preguntó ella, mirando a las aves posadas sobre el muro.
-Claro que sí. Lo intenté algunas veces, pero siempre que me acercaba salían volando.
-Procura sentir amor por ella. Después, haz que ese amor brote de tu pecho como un haz de luz, alcanzando al pecho de la gaviota. Y aproxímate con calma.
Hice lo que ella me mandó. Por dos veces no conseguí nada, pero a la tercera, como si yo hubiera entrado en trance, conseguí tocar a la gaviota. Repetí esa especie de trance con el mismo resultado positivo.
-El amor crea puentes en lugares que parecen imposibles -dijo mi amiga hechicera.
Cuento aquí la experiencia para quien quiera intentarla.
-¿Quieres tocar una gaviota?, preguntó ella, mirando a las aves posadas sobre el muro.
-Claro que sí. Lo intenté algunas veces, pero siempre que me acercaba salían volando.
-Procura sentir amor por ella. Después, haz que ese amor brote de tu pecho como un haz de luz, alcanzando al pecho de la gaviota. Y aproxímate con calma.
Hice lo que ella me mandó. Por dos veces no conseguí nada, pero a la tercera, como si yo hubiera entrado en trance, conseguí tocar a la gaviota. Repetí esa especie de trance con el mismo resultado positivo.
-El amor crea puentes en lugares que parecen imposibles -dijo mi amiga hechicera.
Cuento aquí la experiencia para quien quiera intentarla.
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