1992, Copacabana
El cineasta Rui Guerra me cuenta que cierta noche estaba conversando con sus amigos en una casa en el interior de Mozambique, el país estaba en guerra, de manera que faltaba todo, desde gasolina hasta iluminación.
Para pasar el tiempo, empezaron a hablar sobre lo que les gustaría comer. Cada uno fue diciendo su plato preferido, hasta que le llegó el turno a Rui.
"Me gustaría comer una manzana" dijo, sabiendo que era imposible encontrar frutas, por causa del racionamiento.
En ese exacto momento escucharon un ruido. ¡Y una reluciente, bella y suculenta manzana entró rodando en la sala y se detuvo frente a él!
Más tarde, Rui descubrió que una de las jóvenes que vivía allí había salido a buscar frutas en el mercado negro. Al subir la escalera cuando regresaba, tropezó y cayó; la bolsa de manzanas que había comprado se abrió, y una de ellas rodó sala adentro.
¿Coincidencia? Bien, sólo esto es lo que sé.
Paulo Coelho
El cineasta Rui Guerra me cuenta que cierta noche estaba conversando con sus amigos en una casa en el interior de Mozambique, el país estaba en guerra, de manera que faltaba todo, desde gasolina hasta iluminación.
Para pasar el tiempo, empezaron a hablar sobre lo que les gustaría comer. Cada uno fue diciendo su plato preferido, hasta que le llegó el turno a Rui.
"Me gustaría comer una manzana" dijo, sabiendo que era imposible encontrar frutas, por causa del racionamiento.
En ese exacto momento escucharon un ruido. ¡Y una reluciente, bella y suculenta manzana entró rodando en la sala y se detuvo frente a él!
Más tarde, Rui descubrió que una de las jóvenes que vivía allí había salido a buscar frutas en el mercado negro. Al subir la escalera cuando regresaba, tropezó y cayó; la bolsa de manzanas que había comprado se abrió, y una de ellas rodó sala adentro.
¿Coincidencia? Bien, sólo esto es lo que sé.
Paulo Coelho
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