Se despertó esa mañana , sintiéndose distinta. Más fresca, más libre, si! Así Como una golondrina.
Sorprendida aun por la energía que cosquilleaba por todo su cuerpo , se dirigió hacia el tocador , donde se dispuso a colocar su maquillaje, como lo hacia día tras día . Se sentó allí , entre sus pensamientos , mientras que el espejo la espiaba con curiosidad, ya que el también se había dado cuenta de que algo distinto se reflejaba en esa ceja , sobre la cual Mar expertamente dibujaba una coma de terciopelo más. De repente , se escuchó el estruendo de algo que se rompía como un cristal dentro de ella . "No! Esto no puede continuar !! Se acabó!!!" gritó con desesperación, la mujer " Se acaban ahora mismo , las bases de crema, los falsos semblantes, los " si señor" , los pensamientos prestados , las muecas , hoy no me someto a nada , a partir de hoy seré YO misma!"
Dicho y hecho. Para empezar, tiró por la ventana el perfume que le habían obsequiado y que tan repugnante le resultaba . Luego a la basura fue a dar ese sweater gris que detestaba, pero que colgaba como reliquia en la manija de la puerta de su cuarto por haber sido aquel que … bah!! Ya ni se acordaba. Luego salió y compró una cama nueva, amplia . " Quiero una King size" le dijo con entusiasmo al vendedor, quien escondía tras una picara sonrisa la pregunta : Por que? " Porque tengo un corazón muy grande" respondió Mar , a la muda pregunta. Adornó su nuevo lecho con enredaderas y flores , con velos y sábanas traídas del oriente. Una vez la cama estuvo lista y minuciosamente decorada, Mar envió invitaciones a todos los hombres que amaba . "Deseo hacer el amor con el hombre que amo" decía la tarjeta. Llegaban hombres de todos lados, de la Patagonia , de Francia , de Inglaterra, de Formentera, hasta de Mississipi llegó un caballero. De México y de España llegaron más de uno. Un verdadero diluvio de hombres se derramaba. Tal fue la respuesta que su cama tuvo que ser alterada , agrandada hasta que un muro tuvo Mar que derrumbar, porque el dicho lecho ocupaba dos cuartos. Luego felices como aves en un jardín , los amantes se deslizaron bajo el edredón del enorme lecho , que Mar había encargado fuese tejido con hilos de plata y bordado con trocitos de estrella. Allí estaban todos, con el edredón cubriéndoles hasta la puntita de la nariz... Esperándola. Entonces Mar hizo su entrada , tal como una hada mística, con rostro de luna y alas de seda. Lentamente, como la reina de Inglaterra caminó con pasos suaves y elegantes y al ir destapando de uno en uno los cuerpos desnudos de sus 100 amantes, con sus labios húmedos, colocó un poema en la frente de cada uno de ellos. Las palabras salían de sus labios como lluvia de verano cayendo dulcemente sobre los cuerpos sedientos de caricias olvidadas.
Entonces, cuando los hubo regado todos con dulzura y cariño , en ese momento mágico donde todo y cualquier cosa puede suceder, todos los lobos del mundo dejaron de aullar, el mar cesó de atacar la playa, en el Golfo de Mexico se disiparon los huracanes …todo fué silencio ….Y hubiese sido total silencio , si no se hubiera escuchado en el cuarto la melodía que lograban componer, los corazones latiendo en unísono , de Mar y sus cien amantes.
Germán Berdiales
Sorprendida aun por la energía que cosquilleaba por todo su cuerpo , se dirigió hacia el tocador , donde se dispuso a colocar su maquillaje, como lo hacia día tras día . Se sentó allí , entre sus pensamientos , mientras que el espejo la espiaba con curiosidad, ya que el también se había dado cuenta de que algo distinto se reflejaba en esa ceja , sobre la cual Mar expertamente dibujaba una coma de terciopelo más. De repente , se escuchó el estruendo de algo que se rompía como un cristal dentro de ella . "No! Esto no puede continuar !! Se acabó!!!" gritó con desesperación, la mujer " Se acaban ahora mismo , las bases de crema, los falsos semblantes, los " si señor" , los pensamientos prestados , las muecas , hoy no me someto a nada , a partir de hoy seré YO misma!"
Dicho y hecho. Para empezar, tiró por la ventana el perfume que le habían obsequiado y que tan repugnante le resultaba . Luego a la basura fue a dar ese sweater gris que detestaba, pero que colgaba como reliquia en la manija de la puerta de su cuarto por haber sido aquel que … bah!! Ya ni se acordaba. Luego salió y compró una cama nueva, amplia . " Quiero una King size" le dijo con entusiasmo al vendedor, quien escondía tras una picara sonrisa la pregunta : Por que? " Porque tengo un corazón muy grande" respondió Mar , a la muda pregunta. Adornó su nuevo lecho con enredaderas y flores , con velos y sábanas traídas del oriente. Una vez la cama estuvo lista y minuciosamente decorada, Mar envió invitaciones a todos los hombres que amaba . "Deseo hacer el amor con el hombre que amo" decía la tarjeta. Llegaban hombres de todos lados, de la Patagonia , de Francia , de Inglaterra, de Formentera, hasta de Mississipi llegó un caballero. De México y de España llegaron más de uno. Un verdadero diluvio de hombres se derramaba. Tal fue la respuesta que su cama tuvo que ser alterada , agrandada hasta que un muro tuvo Mar que derrumbar, porque el dicho lecho ocupaba dos cuartos. Luego felices como aves en un jardín , los amantes se deslizaron bajo el edredón del enorme lecho , que Mar había encargado fuese tejido con hilos de plata y bordado con trocitos de estrella. Allí estaban todos, con el edredón cubriéndoles hasta la puntita de la nariz... Esperándola. Entonces Mar hizo su entrada , tal como una hada mística, con rostro de luna y alas de seda. Lentamente, como la reina de Inglaterra caminó con pasos suaves y elegantes y al ir destapando de uno en uno los cuerpos desnudos de sus 100 amantes, con sus labios húmedos, colocó un poema en la frente de cada uno de ellos. Las palabras salían de sus labios como lluvia de verano cayendo dulcemente sobre los cuerpos sedientos de caricias olvidadas.
Entonces, cuando los hubo regado todos con dulzura y cariño , en ese momento mágico donde todo y cualquier cosa puede suceder, todos los lobos del mundo dejaron de aullar, el mar cesó de atacar la playa, en el Golfo de Mexico se disiparon los huracanes …todo fué silencio ….Y hubiese sido total silencio , si no se hubiera escuchado en el cuarto la melodía que lograban componer, los corazones latiendo en unísono , de Mar y sus cien amantes.
Germán Berdiales
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