Alli estaba ella, sentada en el suelo , en camiseta ynada. Su último proyecto desparramado al frente, comoun mundo pequeño ... Mapas, fotografias, dibujos,planos . Todo. Todo lo que quería construir,inventar o crear y yo creyendo en todos sus sueñoscomo siempre lo había hecho, aún después de losfracasos y mas aún ese día.Terminé mi taza de té mientras la observaba desde elliving . Cuanto daría por leer su pensamiento, porexplorar ese mundo donde edificios y galaxias sereunían.Sigilosamente , como un fantasma cauteloso , meacerqué hacia ella quien oblivia a mi presencia, seconcentraba en un cuadrito de sol que se posaba en supie derecho. Era como una niña , siempre fascinada porla geometria de la luz . Pisé levemente, las reglasy el papel azul de sus bosquejos para acurrucarme trasella. Su pensamiento estaba en otra parte, porque no sintióel roce de mi piel cuando mi bata se abrió y mi pechoacarició su espalda desnuda . Abrí mis brazos encerrando su torso aprisionando esos brazos que eran mi debilidad. Mis dedos buscaban elcirculo marron de sus pechos y el lento palpitar de su corazón . Mi oido pegado a su espalda ...escuchando. Que dilema . Yo sin querer interrumpir sutrabajo , pero siendo incapaz de controlar mis manosque viajaban al sur, buscando el limite entre la piely el material de la camiseta. Arrancado con ternura,una vez mas, de mi propio control , por la manera como mi piel crecia involuntariamente hacia la curvatemblorosa de la palma de su mano , hacia la luz demi deseo. Era como si yo hubiera plantado esa dulceraíz y mis labios tuvieran ya el eco de su forma . Nolo pude evitar ,mi boca se escapó hacia su cuellodespertándola de su ensueño y definitivamentealejándola de su trabajo , robándome las lineasangulares de sus pensamientos y capturándolas en eselugar sin forma donde solo yo sabría llevarla.Alli, sobre los puentes del hueso, mas allá de lasfronteras de la piel , escalando el mundo de su cuerpo, suslaberintos de peldaños y escaleras... la amé , comola primera vez , con la misma medida de expectativa ,de miedo y de ansias, sumergiéndola conmigo en lasuave geometria de la carne , del mundo antes de lasaceras y las ciudades , antes de sus resplandecientescúpulas ...Asi, secuestrándola del mundo que lareclamaba , a ese otro mundo que el no podríaconstruir sin mí.
Germán Berdiales
Germán Berdiales
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