Estaban dos chicos de no mas de 6 años sentados frente a mi en el subway el día después de Halloween , y animadamente se contaban el uno al otro sus hazañas de la noche anterior ,describían sus disfraces en forma detallada ...De repente , la conversación cambio a otro nivel y empezaron los chicos a contarse sus miedos .-" Le tienes miedo a las alturas?" le pregunta uno-" Solo si son de mas de dos metros " responde el rubio -" Y a los fantasmas ? les tienes miedo?" -" Si , pero solo por la noche cuando la luz esta apagada"-" yo no", dice el otro , " yo no les tengo miedo , porque solo están en tu mente y si les ordenas no estar , desaparecen"- "Ah!!" responde el rubio , sin querer quedarse atrás ,"pero yo..Yo no les tengo miedo a los monstruos" -" ni al hombre elefante?" pregunta curioso su compañero"Nope!" , ni al hombre elefante , ni al gran hulk , ni aunque fuera un gigante , ni a Frankenstein siquiera" responde el chico con aires de inigualable valentía .El tren para en la estación de Yonge en ese momento y entra un punk con su cabello peinado en mil puntas , sus brazaletes de metal y cuero , su maquillaje negro bajo los ojos y docenas de studs perforando sus orejas , su nariz , su lengua ...-" ni a ese le tienes miedo" le pregunta casi en un susurro el chico al rubio .-"no!" le contesta , pero entretanto mirando de reojo para cerciorarse donde estaba su madre , quien leía atentamente su libro, sin darse cuenta de lo que ocurría .El punk se fue a sentar al otro lado , y el chiquillo respiro ya mas tranquilo.-" entonces?, a que le tienes miedo? a las culebras?"-" No !, ni siquiera!" responde el valiente monito.En la estación de Wellesley se sube un hombre que obviamente sufría de algún desequilibrio mental . Entra hablando solo , con la mirada delirante ,perdida en un lugar que obviamente no era ese , se sienta en el asiento vació junto a los chicos , se mueve constantemente , como no acomodándose en este mundo y habla barbaridades, sin sentido .Los dos chiquillos sin decirse ni una palabra , corren atemorizados al asiento donde estaba sentada la madre del rubio.Es que a veces los monstruos viven en nosotros mismos.
Dra Laura Ines Torosi
Dra Laura Ines Torosi
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