La arrogancia de la envidia
En el desierto de Siria, decía Satanás a sus discípulos: -el ser humano, siempre está más preocupado, por desear el mal, a los otros que en hacerse el bien a sí mismo.Y para probar lo que decía, decidió tentar a dos hombres que descansaban allí cerca.-He venido para hacer realidad tus deseos, le dijo a uno de ellos. Puedes pedir lo que quieras, que te será dado. Tu amigo recibirá lo mismo que tú, pero el doble.El hombre permaneció largo tiempo en silencio.Finalmente, dijo:-Mi amigo está contento, porque obtendrá el doble que yo, sea cual sea mi deseo. Pero he conseguido prepararle una trampa: mi deseo es que me dejes ciego de un ojo.
Autor desconocido
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