Una vez un gran sheikh tenía entre sus seguidores un derviche que se enorgullecía de su devoción. El sheikh instruyó al piadoso derviche que observe un período de retiro solitario. Recluido en su cuarto, el discípulo se entregó a sí mismo diligentemente al recuerdo y la contemplación hasta que un burro apareció y trastornó su concentración.
-“Reverendo Sheikh”, se quejó a su guía, “un burro me atacó en mi cuarto. Me molestó tanto que me sentí muy perturbado para seguir con mi meditación”.
-“Vuelve a tu cuarto”, le dijo el venerable Sheikh. “Si ese burro vuelve y te interfiere nuevamente, tómalo de las orejas y llámame!”.
El piadoso derviche asintió. No mucho después de haber vuelto a su cuarto y retomado sus devociones, el burro hizo su aparición nuevamente. Esta vez el discípulo tomó el animal de las orejas y gritó llamando al sheikh.El Maestro esperaba el llamado. Apenas abrió la puerta del cuarto, encontró al piadoso derviche tomándose de sus propias orejas.
A la señal de su maestro, el tonto volvió a sus cabales. Viendo el verdadero estado del asunto, el tomó conciencia que las orejas del burro que había tomado no eran otras que las suyas. Se arrojó a los pies de su Sheikh, lamentándose y humillándose mientras clamaba por una clarificación. El venerable Sheikh entonces dijo: “El burro que apareció para atacarte impidiéndote de realizar tu remembranza y meditación, era el animal formado de tu propia naturaleza interior. Su aparición indica que tú todavía no eres interiormente un ser humano”. De acuerdo a sus respectivas faltas y debilidades la gente tiene comportamientos de varios animales. Sheikh Muzaffer Ozak
-“Reverendo Sheikh”, se quejó a su guía, “un burro me atacó en mi cuarto. Me molestó tanto que me sentí muy perturbado para seguir con mi meditación”.
-“Vuelve a tu cuarto”, le dijo el venerable Sheikh. “Si ese burro vuelve y te interfiere nuevamente, tómalo de las orejas y llámame!”.
El piadoso derviche asintió. No mucho después de haber vuelto a su cuarto y retomado sus devociones, el burro hizo su aparición nuevamente. Esta vez el discípulo tomó el animal de las orejas y gritó llamando al sheikh.El Maestro esperaba el llamado. Apenas abrió la puerta del cuarto, encontró al piadoso derviche tomándose de sus propias orejas.
A la señal de su maestro, el tonto volvió a sus cabales. Viendo el verdadero estado del asunto, el tomó conciencia que las orejas del burro que había tomado no eran otras que las suyas. Se arrojó a los pies de su Sheikh, lamentándose y humillándose mientras clamaba por una clarificación. El venerable Sheikh entonces dijo: “El burro que apareció para atacarte impidiéndote de realizar tu remembranza y meditación, era el animal formado de tu propia naturaleza interior. Su aparición indica que tú todavía no eres interiormente un ser humano”. De acuerdo a sus respectivas faltas y debilidades la gente tiene comportamientos de varios animales. Sheikh Muzaffer Ozak
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