sábado, 6 de enero de 2007

Jugando al golf

Moisés, Jesús y un viejecito decidieron disputar un partido de golf, y el campo se llenó de fanáticos antes del juego. En el hoyo considerado como el más difícil porque tenía un lago en el centro.

Moisés tiró primero, la pelota salió disparada, cayó en el medio del lago, y se hundió. Moisés caminó hasta el borde del lago, alzó su el palo de golf, hizo que se abrieran las aguas, bajó caminando hasta donde estaba la pelota, y de un golpe la sacó del fondo. Con solo otro golpe, la metió en el hoyo, y la gente le aplaudió emocionada.

Luego fue el turno de Jesús. La pelota salió igualmente disparada, e igualmente fue derecha al lago, pero de repente se detuvo y quedo suspendida a escasos centímetros de la superficie. Jesús caminó entonces sobre las aguas, y con un golpe preciso, mandó la pelota directamente al hoyo. La ovación de la gente fue ensordecedora.

Por último, le tocó el turno al viejecito. La pelota, una vez más, cayó en el lago y se hundió y el público hizo un respetuoso silencio, preguntándose qué podría hacer el pobre viejo. De pronto, del agua saltó un pez con la pelota en la boca y, justo en ese momento, pasó un águila que lo pescó al vuelo. El águila se alejó volando por el límpido cielo llevando el pez en su pico mientras este sostenía aún la pelota. Entonces, como salida de la nada, apareció una nube negra, y de ella brotó un rayo que, pegando certeramente en la cabeza del águila, la mató al instante. Al caer, el ave soltó al pez, el pez soltó la pelota y esta cayó exactamente en el hoyo!

Primero se hizo un silencio dramático y luego la gente, enloquecida, prorrumpió en cerrado aplauso para el viejecito.

Jesús se acercó entonces al viejecito, que sonreía tímidamente, y le dijo:

- Rayos, Papá... tu te pasas!!!!!!!

Autor desconocido

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