miércoles, 31 de mayo de 2006

La camisa

Paco de 8 años, entró en su casa, después de clase, pisoteando fuerte. Su padre, que se dirigía al fondo, al verlo entrar, lo llamó para una hablar. Paco lo acompañó desconfiado.
Antes que su padre hablara algo, Paco dijo irritado: - Padre, estoy con muchísima rabia. Joaquín no podría haberme hecho lo que hizo. Su padre, un hombre sencillo pero sabio, escuchaba a su hijo mientras ese seguía con su reclamo.
- Joaquín me humilló delante de mis amigos. ¡Me gustaría que le pasase algo malo!
El padre escuchó todo callado mientras caminaba buscando una bolsa de carbón. Llevó la bolsa hasta el fondo y le dijo a Paco:
- Hijo, quiero hacerte una propuesta. Imaginemos que aquella camisa blanca que está en el tendal es tu amigo Joaquín y que cada trozo de carbón es un pensamiento malo que tu le envías. Quiero que tires todo ese carbón en la camisa, hasta el último trozo y dentro un rato vuelvo para ver como quedó.
Al niño le pareció un divertido juego, la camisa estaba colgada lejos y pocos trozos acertaban al blanco. El padre que miraba todo, le preguntó:
- Hijo, ¿como estás ahora? - Estoy cansado, pero feliz porque acerté muchos trozos de carbón en la camisa.
El padre miró a su hijo, que no entendía la razón de aquél juego, y dijo:
- Ven, quiero que veas una cosa.
El hijo fue hasta el cuarto y se miró en un gran espejo. ¡Que susto! Paco solo conseguía ver sus dientes y ojos. Su padre, entonces, le dijo:
- Viste que la camisa casi no se ensució.... pero fíjate en ti mismo. Las cosas malas que deseamos a los otros son como lo que te pasó a ti.
Autor desconocido

martes, 30 de mayo de 2006

Aprender a florecer

Ella era una joven de las familias más ricas de Los Angeles. Prestes a casarse, su prometido fue convocado para Vietnam. Antes, debería pasar por un entrenamiento de un mes.
Enamorada, ella optó por anticipar la boda y partir con él. Al menos podría pasar el mes del entrenamiento próximo a él, antes de su partida para tierras tan lejanas y peligrosas.
Prójimo a la base del desierto de California donde se daría el entrenamiento, había una aldea abandonada de indios Navajos y una de las cabañas fue especialmente preparada para recibir la pareja.
El primer día fue de felicidad. Él llegó cansado, quemado por el sol de hasta 45 grados. Ella lo ayudó a quitar la farda y acostostarse. Fue romántico y maravilloso.
Al final de la semana estaba infeliz y al fin de diez días estaba entrando en desesperación.
El marido llegaba exhausto del entrenamiento que comenzaba a las cinco horas de la mañana y terminaba a las diez horas de la noche. Ella era viuda de un hombre vivo, siempre exhausto. Escribió para la madre, diciendo que ya no aguantaba y preguntando se debería abandonarlo.
Algunos días después, recibió la respuesta. La vieja señora, de muy bueno sentido le envió una quadrinha en versos libres que decía más o menos así:

"Dos hombres vivían en una celda de inmunda prisión. Uno de ellos miraba para el alto y entreveía estrellas. El otro, miraba hacia bajo y solamente veía lodo. Abrazos. Mamá."
La joven entendió. Ella y el marido estaban en una celda, cada uno a su modo. Ver las estrellas o contemplar el lodo era su opción.
Por primera vez, en veinte días de vida en el desierto, ella salió para conocer los alrededores.
Por primera vez, en veinte días de vida en el desierto, ella salió para conocer los alrededores.
Inmediatamente adelante se sorprendió con la belleza de una concha de caracol. Ella conocía conchas de la playa, pero aquellas eran diferentes,belissimas.
Cuando su marido llegó en aquella noche, casi que ella ni lo percibió tan aplicada estaba en separar y clasificar las conchas que hube recogido durante todo el día.
Cuando terminó el entrenamiento y él fue para la guerra, ella decidió permanecer allí mismo. Descobrira que el desierto era un mar de bellezas.
De sus estudios e investigaciones resultó un libro que es considerado la obra más completa acerca de conchas marinas, porque el desierto de California un día fue fondo de mar y es un inmenso depósito de fósiles y riquezas minerales.
Más tarde, con lo retorno del esposo de Vietnam, ella volvió Los Angeles con la vida enriquecida por experiencias salutares . Todo porque ella hube aprendido a florecer donde Dios a hube colocado.
Divaldo Franco

lunes, 29 de mayo de 2006

El gusano y la flor

Había una vez un gusano que se había enamorado de una flor.

Era por supuesto, un amor imposible, pero el animalito no quería seducirla ni hacerla su pareja. Ni siquiera quería hablarle de amor. El solamente soñaba con llegar hasta ella y darle un beso. Un solo beso.

Cada día y cada tarde el gusano miraba a su amada cada vez más alta, cada vez más lejos. Cada noche soñaba que finalmente llegaba a ella y la besaba.

Un día el gusanito decidió que no podía seguir soñando cada noche con la flor y no hacer nada para cumplir su sueño. Así que valientemente avisó a sus amigos, los escarabajos, las hormigas y las lombrices que treparía por el tallo para besar a la flor.

Todos coincidieron en que estaba loco y la mayoría intentó disuadirlo, pero no hizo caso, el gusano llegó arrastrándose hasta la base del tallo y comenzó la escalada. Trepó toda la mañana y toda la tarde, pero cuando el sol se ocultó sus muscúlos estaban exhaustos. " Pasaré la noche agarrado del tallo (pensó), y mañana seguiré subiendo". " Estoy más cerca que ayer", pensó aunque sólo había avanzado diez centímetros y la flor estaba a más de un metro y medio de altura. Sin embargo, lo peor fue que mientras el gusano dormía su cuerpo viscoso y húmedo resbaló por el tallo y a la mañana el gusano amaneció donde había comenzado un día antes.

El gusano miró hacia arriba y pensó que debía redoblar los esfuerzos durante el día y aferrarse mejor durante la noche. De nada sirvieron las buenas intenciones. Cada día el gusano trepaba y cada noche resbalaba otra vez hasta el piso. Sin embargo, cada noche mientras descendía sin saberlo, seguía soñando con un beso deseado. Sus amigos le pidieron que renunciara a su sueño o que soñara otra cosa, pero el gusano sostuvo con razón que no podía cambiar lo que soñaba cuando dormía y que si renunciaba a sus sueños dejaría de ser quien era.
Todo siguió igual durante días, hasta que una noche....una noche.... el gusano soño tan intensamente con su flor, que los sueños se transformaron en alas y a la mañana el gusano despertó mariposa, desplegó las alas, voló a la flor... y la besó.
Autor desconocido

domingo, 28 de mayo de 2006

Vivir con ilusión

Unos obreros estaban picando piedras frente a un enorme edificio de construcción. Se acercó un visitante a uno de los obreros y le preguntó:
-¿ Qué están haciendo ustedes aquí?
El obrero lo miró con dureza y le respondió:
-¿ Acaso usted está ciego para no ver lo que hacemos? Ahí, picando piedras como esclavos por un sueldo miserable y sin el menor reconocimiento. Vea usted ese mismo cartel. Allá ponen los nombres de ingenieros, arquitectos, prono no ponen los nuestros que somos los que trabajamos duro y dejamos en la obra el pellejo.
El visitante se acercó entonces a otro obrero y le preguntó lo mismo.
- Aquí, como usted puede ver, picando piedras para levantar este enorme edificio. El trabajo es duro y está mal pagado, pero los tiempos son difíciles, no hay mucho trabajo y algo hay que hacer para llevar la comida a los hijos.
Se acercó el visitante a un tercer obrero y una vez más le preguntó lo que estaba haciendo. El hombre le contestó con gran entusiasmo:
- Estamos levantando un Hospital, el más hermoso del mundo. Las generaciones futuras lo admirarán impresionados y escucharán el entrar y salir constante de las ambulancias, anunciando el auxilio de Dios para los hombres. Yo no lo veré terminado, pero quiero ser parte de esta extraordinaria aventura.
Autor desconocido

sábado, 27 de mayo de 2006

El lenguaje de las emociones

Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres.
Cuando el ABURRIMIENTO ya había bostezado por tercera vez, la LOCURA, como siempre tan loca, les propuso: ¿Vamos a jugar a las escondidas?. La INTRIGA levantó la ceja intrigada y la CURIOSIDAD, sin poder contenerse preguntó: ¿A las escondidas? ¿Y eso cómo es?.
Es un juego -Explicó la LOCURA-, en que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón mientras ustedes se esconden; y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que yo encuentre ocupará mi lugar para continuar con el juego.
El ENTUSIASMO bailó secundado por la EUFORIA, la ALEGRIA dio tantos saltos que terminó por convencer a la DUDA, e incluso a la APATIA a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar. La VERDAD prefirió no esconderse... ¿para qué? Si al final siempre la encontraban. La SOBERBIA opinó que era un juego muy tonto (en el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido de ella) y la COBARDIA prefirió no arriesgarse...
UNO, DOS, TRES. comenzó a contar la LOCURA.
La primera en esconderse fue la PEREZA, que como siempre se dejó caer tras la primera piedra en el camino.
La FE subió al cielo y la ENVIDIA se escondió tras la sombra del TRIUNFO, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto. La GENEROSIDAD casi no alcanza a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos... ¿Un lago cristalino? (Ideal para la BELLEZA). ¿La hendija de un árbol? (Perfecto para la TIMIDEZ). ¿ El vuelo de la mariposa? (Lo mejor para la VOLUPTUOSIDAD). ¿ Una ráfaga de viento? (Magnífico para la LIBERTAD). Así terminó por ocultarse en un rayito de Sol. El EGOISMO, en cambio encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo... pero solo para él. La MENTIRA se escondió en el fondo de los océanos (mentira, en realidad se escondió detrás del arco iris) y la PASION y el DESEO en el centro de los volcanes.El OLVIDO... se me olvido donde se escondió... pero eso no es lo importante. Cuando la LOCURA contaba 999.999, el AMOR aún no había encontrado sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado. hasta que divisó un rosal y estremecido decidió esconderse entre sus flores.
UN MILLON. Contó la LOCURA y comenzó a buscar. La primera en aparecer fue la PEREZA sólo a tres pasos detrás de una piedra. Después se escuchó a la FE discutiendo con DIOS en el cielo sobre Teología. Y la PASION y el DESEO, se sintieron en el vibrar de los volcanes. En un descuido encontró a la ENVIDIA y claro, así pudo deducir donde estaba el TRIUNFO. Al EGOISMO no tuvo ni que buscarlo. El solo salió disparado de su escondite que había resultado ser un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a la BELLEZA, y con la DUDA resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre una cerca sin decidir aún de que lado esconderse. Así fue encontrando a todos, al TALENTO entre la hierba fresca; la ANGUSTIA en una oscura cueva, a la MENTIRA detrás del arco iris (mentira, si ella estaba en el fondo del océano) y hasta al OLVIDO... que ya se le había olvidado que estaba jugando a los escondidos... Pero solo el AMOR, no aparecía por ningún sitio...
La LOCURA buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyo del planeta, en las cimas de las montañas y cuando estaba por darse por vencida divisó un rosal y las rosas... Tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas hasta que un doloroso grito se escuchó... Las espinas habían herido en los ojos al AMOR... la LOCURA no sabía que hacer para disculparse, lloró, rogó, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo...
Desde entonces... desde la primera vez que se jugó a las escondidas en la TIERRA.
EL AMOR ES CIEGO Y LA LOCURA SIEMPRE LO ACOMPAÑA.
Autor desconocido

viernes, 26 de mayo de 2006

Para reflexionar

Una familia se había comprado un auto nuevo, 0 km. hermoso, se mire por donde se mire, el tapizado, el color... todo. El padre amaba ese auto, su esfuerzo estaba allí. Salieron el, su esposa y el pequeño de ambos de solo 3 años; llegando a una estación de servicio bajan los padres y dejan al niño en el auto, cerrando las puertas... el niño, encontró un marcador y comenzó a escribir en todo aquel tapizado, con un gran entusiasmo y amor, ya que los niños hacen sus cosas en esta condición.
Después de un rato llegan los padres y al ver el cuadro, el padre comenzó a encenderse en furia y al ver su "hermoso tapizado" todo rallado, comenzó a golpear al niño en sus manos y a golpearlo con mucha fuerza... hasta que tuvieron que sacarle al niño de entre sus golpes, el niño estaba en muy mal estado tuvieron que llevarlo hospitalizado. Suena el teléfono en casa de la familia y atiende el padre... los llamaban del hospital, era necesario que se presentaran, se habían complicado las cosas...El padre se presenta y le notifican que debieron amputarle las manos al niño, ya que no había otra opción posible.
Entrando el padre a la habitación envuelto en lagrimas... el niño le dice sonriente... ¡¡Hola papi... ya aprendí la lección... no lo voy a hacer mas papi...pero por favor devuélveme mis manitas!!. El padre salió de aquella habitación y se suicido....
Autor desconocido

jueves, 25 de mayo de 2006

Un sabio diálogo

Un hombre estaba poniendo flores en la tumba de su esposa, cuando vio a un hombre de China poniendo un plato con arroz en la tumba vecina.El hombre se dirigió al chino y le preguntó:-"Disculpe señor, ¿de verdad cree usted que el difunto vendrá a comer el arroz?-"Sí -respondió el chino-, cuando el suyo venga a oler sus flores..."
Autor desconocido

martes, 23 de mayo de 2006

Cuando el corazon se rompe

Cuando la desesperanza te invada,
cuando la desesperación te atormente,
confía en tu fuerza interior,
nútrete infinitamente de tu amor.
Eres agua, no te agites
Eres sol, no te apagues
Eres cielo, no te nubles
Eres tierra, no te seques.
Piensa y confía en el poder infinito que hay dentro de ti...
Ámate a ti mismo y cambiaras tu vida de manera milagrosa.
Rompe las cadenas de tus pensamientos y échate a volar con alas del corazón.
Se Feliz, Goza, Vive...!Se Libre!
Se como tu Quieras Ser.

Silvia Susana Luconi

lunes, 22 de mayo de 2006

Descartando lo descartable

Seguro que el destino se ha confabulado para complicarme la vida. No consigo acomodar el cuerpo a los nuevos tiempos. O por decirlo mejor: no consigo acomodar el cuerpo al "use y tire" ni al "compre y compre" ni al "descartable". Ya sé, tendría que ir a terapia o pedirle a algún siquiatra que me medicara.. Lo que me pasa es que no consigo andar por el mundo tirando cosas y cambiándolas por el modelo siguiente sólo porque a alguien se le ocurre agregarle una función o achicarlo un poco.. No hace tanto con mi mujer lavábamos los pañales de los gurises. Los colgábamos en la cuerda junto a los chiripás; los planchábamos, los doblábamos y los preparábamos para que los volvieran a ensuciar.. Y ellos. Nuestros nenes. Apenas crecieron y tuvieron sus propios hijos se encargaron de tirar todo por la borda (incluyendo los pañales).¡Se entregaron inescrupulosamente a los descartables!. Sí, ya sé. A nuestra generación siempre le costó tirar. ¡Ni los desechos nos resultaron muy desechables!.Y así anduvimos por las calles guardando los mocos en el bolsillo y las grasas en los repasadores.. Y nuestras hermanas y novias se las arreglaban como podían con algodones para enfrentar mes a mes su fertilidad..¡Nooo! Yo no digo que eso era mejor.. Lo que digo es que en algún momento me distraje, me caí del mundo y ahora no sé por dónde se entra..Lo más probable es que lo de ahora esté bien, eso no lo discuto. Lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de música una vez por año, el celular cada tres meses o el monitor de la computadora todas las navidades..¡Guardo los vasos desechables! ¡Lavo los guantes de látex que eran para usar una sola vez! ¡Apilo como un viejo ridículo las bandejitas de espuma plast de los pollos! ¡Los cubiertos de plástico conviven con los de alpaca en el cajón de los cubiertos!.Es que vengo de un tiempo en que las cosas se compraban para toda la vida. ¡Es más! ¡Se compraban para la vida de los que venían después!.La gente heredaba relojes de pared, juegos de copas, fiambreras de tejido y hasta palanganas y escupideras de loza..Y resulta que en nuestro no tan largo matrimonio, hemos tenido más cocinas que las que había en todo el barrio en mi infancia y hemos cambiado de heladera tres veces.. ¡Nos están jodiendo!¡¡Yo los descubrí!!... ¡¡Lo hacen adrede!!. Todo se rompe, se gasta, se oxida, se quiebra o se consume al poco tiempo para que tengamos que cambiarlo..Nada se repara., ¿Dónde están los zapateros arreglando las medias suelas de las Nike? ¿Alguien ha visto a algún colchonero escardando sommier casa por casa? ¿Quién arregla los cuchillos eléctricos? ¿El afilador o el electricista? ¿Habrá teflón para los hojalateros o asientos de aviones para los talabarteros?.Todo se tira, todo se deshecha y mientras tanto producimos más y más basura.El otro día leí que se produjo más basura en los últimos 40 años que en toda la historia de la humanidad.. El que tenga menos de 40 años no va a creer esto: ¡¡Cuando yo era niño por mi casa no pasaba el basurero!!.¡¡Lo juro!! ¡Y tengo menos de........... años!. Todos los desechos eran orgánicos e iban a parar al gallinero, a los patos o a los conejos (y no estoy hablando del siglo XVII).. No existía el plástico ni el nylon. La goma sólo la veíamos en las ruedas de los autos y las que no estaban rodando las quemábamos en San Juan.Los pocos desechos que no se comían los animales, servían de abono o se quemaban.. De por ahí vengo yo. Y no es que haya sido mejor..Es que no es fácil para un pobre tipo al que educaron en el "guarde y guarde que alguna vez puede servir para algo"... pasarse al "compre y tire que ya se viene el modelo nuevo".Mi cabeza no resiste tanto.. Ahora mis parientes y los hijos de mis amigos no sólo cambian de celular una vez por semana, sino que además cambian el número, la dirección electrónica y hasta la dirección real..Y a mí me prepararon para vivir con el mismo número, la misma mujer, la misma casa y el mismo nombre (y vaya sí era un nombre como para cambiarlo)Me educaron para guardar todo... ¡Toooodo! Lo que servía y lo que no. Porque algún día las cosas podían volver a servir.. Le dábamos crédito a todo.Sí. ya sé, tuvimos un gran problema: nunca nos explicaron qué cosas nos podían servir y qué cosas no.. Y en el afán de guardar (porque éramos de hacer caso) guardamos hasta el ombligo de nuestro primer hijo, el diente del segundo, las carpetas de jardinera. y no sé cómo no guardamos la primera caquita..¡¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a los pocos meses de comprarlo?!. ¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con que se consiguieron?.En casa teníamos un mueble con cuatro cajones. El primer cajón era para los manteles y los repasadores, el segundo para los cubiertos y el tercero y el cuarto para todo lo que no fuera mantel ni cubierto..Y guardábamos. ¡¡Cómo guardábamos!! ¡¡Tooooodo lo guardábamos!!. ¡Guardábamos las chapitas de los refrescos!... ¡¿Cómo para qué?! Hacíamos limpia calzados para poner delante de la puerta para quitarnos el barro. Dobladas y enganchadas a una piola se convertían en cortinas para los bares. Al terminar las clases le sacábamos el corcho, las martillábamos y las clavábamos en una tablita para hacer los instrumentos para la fiesta de fin de año de la escuela..¡Tooodo guardábamos! Las cosas que usábamos: mantillas de faroles, ruleros, ondulines y agujas de primus.. Y las cosas que nunca usaríamos... Botones que perdían a sus camisas y carreteles que se quedaban sin hilo se iban amontonando en el tercer y en el cuarto cajón. Partes de lapiceras que algún día podíamos volver a precisar. Cañitos de plástico sin la tinta, cañitos de tinta sin el plástico, capuchones sin la lapicera, lapiceras sin el capuchón. Encendedores sin gas o encendedores que perdían el resorte. Resortes que perdían a su encendedor. Cuando el mundo se exprimía el cerebro para inventar encendedores que se tiraran al terminar su ciclo, inventábamos la recarga de los encendedores descartables. Y las Gillette -hasta partidas a la mitad- se convertían en sacapuntas por todo el ciclo escolar. Y nuestros cajones guardaban las llavecitas de las latas de paté o del corned beef, por las dudas que alguna lata viniera sin su llave. ¡Y las pilas! Las pilas de las primeras Spica pasaban del congelador al techo de la casa. Porque no sabíamos bien si había que darles calor o frío para que vivieran un poco más.. No nos resignábamos a que se terminara su vida útil, no podíamos creer que algo viviera menos que un jazmín.. Las cosas no eran desechables. Eran guardables.. ¡¡Los diarios!! Servían para todo: para hacer plantillas para las botas de goma, para poner en el piso los días de lluvia y por sobre todas las cosas para envolver.¡Las veces que nos enterábamos de algún resultado leyendo el diario pegado al cuadril!. Y guardábamos el papel plateado de los chocolates y de los cigarros para hacer guías de pinitos de navidad y las páginas del almanaque del Banco de Seguros para hacer cuadros y los cuentagotas de los remedios por si algún remedio no traía el cuentagotas y los fósforos usados porque podíamos prender una hornalla de la Volcán desde la otra que estaba prendida y las cajas de zapatos que se convirtieron en los primeros álbumes de fotos. Y las cajas de cigarros Richmond se volvían cinturones y posamates y los frasquitos de las inyecciones con tapitas de goma se amontonaban vaya a saber con qué intención, y los mazos de cartas se reutilizaban aunque faltara alguna, con la inscripción a mano en una sota de espada que decía "éste es un 4 de bastos".. Los cajones guardaban pedazos izquierdos de palillos de ropa y el ganchito de metal. Al tiempo albergaban sólo pedazos derechos que esperaban a su otra mitad para convertirse otra vez en un palillo.. Yo sé lo que nos pasaba: nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos. Así como hoy las nuevas generaciones deciden "matarlos" apenas aparentan dejar de servir, aquellos tiempos eran de no declarar muerto a nada. ni a Walt Disney.. Y cuando nos vendieron helados en copitas cuya tapa se convertía en base y nos dijeron "Tómese el helado y después tire la copita", nosotros dijimos que sí, pero... ¡minga que la íbamos a tirar! Las pusimos a vivir en el estante de los vasos y de las copas.. Las latas de arvejas y de duraznos se volvieron macetas y hasta teléfonos. Las primeras botellas de plástico -las de suero y las de Agua Jane- se transformaron en adornos de dudosa belleza. Las hueveras se convirtieron en depósitos de acuarelas, las tapas de bollones en ceniceros, las primeras latas de cerveza en portalápices y los corchos esperaron encontrarse con una botella.. Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y los que preservábamos. No lo voy a hacer.. Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables; que también el matrimonio y hasta la amistad es descartable. Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas.. Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado efímero. No lo voy a hacer.. No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne.. No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan a fallar en sus funciones, que los cónyuges se cambian por modelos más nuevos, que a las personas que les falta alguna función se les discrimina o que valoran más a los lindos, con brillo y glamour.... Esto sólo es una crónica que habla de pañales y de celulares.... De lo contrario, si mezcláramos las cosas, tendría que plantearme seriamente entregar a la bruja como parte de pago de una señora con menos kilómetros y alguna función nueva.. Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposición y corro el riesgo que la bruja me gane de mano ... y sea yo el entregado.. Y yo...no me entrego...¿¿¿ y Vos ???
Autor desconocido

domingo, 21 de mayo de 2006

Cual eres tu

Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y de cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía como hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.
Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo.
Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre el fuego.
En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café.
Las dejó hervir. Sin decir palabra.
La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre.
A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente.
Mirando a su hija le dijo: "Querida, ¿Qué ves?"; "Zanahorias, huevos y café" fue su respuesta.
La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias, ella lo hizo y notó que estaban blandas.
Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro.
Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.
Humildemente la hija preguntó: - "¿Qué significa esto, padre?"
Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente.
La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había puesto débil, fácil de deshacer.
El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido.
Los granos de café, sin embargo eran únicos: después de estar en agua hirviendo, habían cambiado el agua. "¿Cuál eres tú, hija?, Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿Cómo respondes?", le preguntó a su hija.
¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?
¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable, poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, o un despido te has vuelto duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero ¿Eres amargada y áspera, con un espíritu y un corazón endurecido?
¿O eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviendo, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor.
Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor, tú reaccionas en forma positiva, sin dejarte vencer y haces que las cosas a tu alrededor mejoren, que ante la adversidad exista siempre una luz que ilumina tu camino y el de la gente que te rodea. Esparces con tu fuerza y positivismo el "dulce aroma del café".
Autor desconocido

sábado, 20 de mayo de 2006

La milagrosa, un amor de leyenda

La historia de amor que vivieron Amelia Goiry de la Hoz y su primo José Vicente Adot Rabell, nació en el siglo XIX y contó desde el primer momento con la oposición de la familia de ella porque el joven era de mediana posición económica. José Vicente fue de los muchos cubanos que se fueron a la manigua a luchar por la independencia de la Patria. Y Amelia esperó, amarga y pacientemente..... A finales del siglo, concluída la contienda, él regresó con grados de capitán del Ejercito Libertador Cubano, y sin perder un instante pidió en matrimonio a Amelia, con quien a pesar de los muchos obstáculos se unió en matrimonio el 25 de junio de 1900, en una sencilla ceremonia celebrada en los salones del Palacio de Balboa. Veintitrés años tenía Amelia y la felicidad hacia juego con su rostro noble y bello. Así alejados de la alta aristocracia, vivían en un mundo de dichas que habían conquistado al fin, en nombre del amor.Y en nombre del amor supieron del estado de ingravidez de Amelia, ¡Todo parecía tan completo!, pero, ¡hay de las cosas de la vida, tan hermana a los silenciosos surcos de la muerte!. Amelia no sobrevivió al octavo mes de gestación. Debieron extraerle a la niña en intento desesperado por salvar su vida. Pero ambas fallecieron primero su hija y ella después.La tragedia tuvo lugar el 3 de mayo de 1901. En el Cementerio Cristóbal Colón le fue dada sepultura a Amelia Goiry, y según dicen, la niñita fue colocada entre sus piernas. Narran que desde ese día del entierro y durante cuarenta años que siguieron, José Vicente, visitó la tumba donde reposaban los restos del ser que más había amado en su vida. Se le veía tocar una de las 4 argollas de la tapa de la bóveda, la del lado del corazón, luego se paraba frente a la sepultura y permanecía largo tiempo en su soliloquio, conversando con ella. Uno de los mejores escultores cubanos José Vilalta Saavedra, amigo de José Vicente, quiso llevar un poco de paz y afecto al desconsolado corazón del amante ofreciéndole una escultura que hizo de Amelia y que simboliza, en un bello conjunto escultórico, la maternidad. José Vicente añadió algo nuevo al ritual: después de "Despertar a su amada", tocando la argolla situada en la parte izquierda, la del corazón, conversaba con ella y se marchaba con el sombrero en el pecho, dando la vuelta por detrás de la escultura y retirándose despacio y solemnemente , sin dar la espalda jamás. Dicen que expresaba que "a una dama no se le daba la espalda y menos a mi amada Amelia".Con el paso de los años, aquellos que observaron envejecer a José Vicente junto a la tumba de Amelia, le vieron partir para siempre el 24 de enero de 1941. Desde entonces ya desde mucho antes, centenares de personas fueron atribuyendo milagros al sitio donde reposan los restos de Amelia , debido a la leyenda que narra que al abrir la sepultura ella estaba intacta y la criatura que había sido colocada entre sus piernas yacía entre sus brazos... ...¿Leyenda ó realidad? ...Lo cierto es que Amelia ha recibido el nombre de "La Milagrosa del Cementerio Cristóbal Colón", y hasta ella llegan miles de personas para realizar sus peticiones. ¡Ah!, algo importante que no debemos obviar sobre el amor de Amelia y José Vicente, es que en su lecho de moribundo él pidió que le alcanzaran la foto de su amor y apretándola contra el pecho, exclamó: "Ya me puedo ir para siempre con mi amada" y por esas cosas de la vida y de la muerte, sucedió que la argolla que tocó durante cuarenta años, la del lado del corazón, con la cual despertaba a Amelia, según la leyenda, desapareció del lugar, nadie sabe cómo. Juntos reposan Amelia y José Vicente, quizás reafirmando esto que escuché alguna vez:
"La muerte no es bastante".

viernes, 19 de mayo de 2006

Somos únicos

Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.
El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino.
Volviéndose al Pino, lo hallóCaído porque no podía dar uvas como la Vid.
Y la Vid se moría porque no podíaFlorecer como la Rosa
La Rosa lloraba por no ser fuertey sólida como el Roble.
Entonces encontró una planta, unaFresia, floreciendo y más fresca que nunca. El rey preguntó:
- ¿Cómo es que creces tanSaludable en medio de este jardín mustio y umbrío?
La flor contestó:- No lo sé. Quizás sea porqueSiempre supuse que cuando me plantaste, queríasFresias. Si hubieras querido un Roble, lo habrías plantado.
En aquel momento me dije:"Intentaré ser Fresia de la mejor Manera que pueda."
Autor desconocido

jueves, 18 de mayo de 2006

Una hebra de la cuerda de la campana de la catedral

El esposo de la señora Dubois estaba afiliadoal Partido Comunista; además de eso, era taciturno. Al atardecer regresaba del trabajo en bicicleta, se cambiaba de ropa, comía algo y volvía a salir. A veces iba a alguna asamblea, pero generalmente pasaba el tiempo en el bistró de la esquina.
Aproximadamente una vez por semana, al volver algo achispado a su casa, castigaba metódicamente a su esposa; en esos momentos también se volvía locuaz y abría la boca para maldecir al gobierno y al mundo entero. Al día siguiente no quedaban rastros de lo ocurrido: era nuevamente un hombre plácido, casi sonriente.
La señora Dubois tenía el rostro ancho y el cabello claro recogido en la nuca, y aceptaba su destino en silencio: las palizas del marido son una desgracia natural; no es que se las ame, pero tampoco se debe protestar. En realidad, decía la señora Dubois, las palizas son mejores que nada. En las elecciones votaba por los comunistas, por simpatía. Sin embargo, nunca se había afiliado al partido, porque en su opinón estaba dominado por los judíos, y a ella no le gustaban los judíos.
Pero a mí me tenía mucho afecto. Cuando nos cruzábamos en las escaleras me saludaba con una sonrisa cordial y de vez en cuando me invitaba a saborear sus comidas. En esas ocasiones no dudaba en desplegar ante mí algunos de sus problemas: el dinero, los vecinos y los dolores de cabeza que le provocaba su joven hija Arnolde. A veces se explayaba también sobre sus ideas políticas y sobre la vida en general. Cuando me ausentaba de la casa solía dejar frente a la puerta de mi habitación, ubicada en el piso superior, un plato cubierto con algunos mariscos, un trozo de pollo al vino con salsa de hongos y una porción de pastel.La señora Dubois no creía en Dios en absoluto; según ella, Dios no existía porque "no da dinero" y ella necesitaba dinero. Así, después de haber agotado sus fuerzas en las tareas domésticas, debía pasar varias horas, temprano a la mañana o muy tarde a la noche, encorvada en su silla en la habitación grande, montando capas de cuero para el señor Stein, que las vendía a los negocios de lujo y le pagaba un porcentaje. Pero una vez por semana, los miércoles por la tarde, iba al cine: le gustaban las comedias románticas y las historias de amor.
De todo su peculio, la señora Dubois cuidaba con esmero y apreciaba en especial las fundas de terciopelo violeta de las sillas, que había recibido en herencia, y sus piernas esbeltas y de movimientos ágiles.
Lo que sucedió fue que justamente sus piernas comenzaron a hicharse y a cubrirse de manchas azules, hasta que los dolores que sentía la forzaron a interrumpir de a ratos su tarea para permanecer largo tiempo con las piernas extendidas, o incluso recostada en la cama.
Este asunto la preocupaba y la angustiaba mucho, aunque al principio trataba de distraerse y no pensar en sus piernas, con la secreta esperanza de que ese mal que había aparecido de pronto desapareciera con la misma rapidez.
Más adelante probó toda clase de compresas frías y calientes, embebidas en alcohol y en extracto de té; finalmente no tuvo más remedio que recurrir a un médico.
Visitó varios especialistas, que le recetaron diversos medicamentos y le aconsejaron reposo, pero ninguno le dio demasiadas esperanzas; todos le decían que se trataba de una enfermedad que por el momento no tenía cura y que por lo visto terminaría sus días con las piernas hinchadas, azules y doloridas. "Usted ya no es joven, señora Dubois", la consoló afectuosamente uno de los médicos, mientras la acompañaba hasta la puerta.
Sus palabras la ofendieron y la enfurecieron. Al salir maldijo a ese médico y a todos los demás, que no eran sino una cáfila de bellacos pálidos, pelados y anteojudos cuyo único interés consistía en hacer enfermar a los sanos para enriquecerse a costa de ellos, pero que de medicina no entendían absolutamente nada. "Son peores que los brujos", decía irritada la señora Dubois. Sin embargo, seguía escrupulosamente sus indicaciones y tomaba todos los medicamentos con una meticulosidad fanática, porque de día en día crecían sus ansias tercas y empecinadas de "morir con unas piernas tan hermosas como las de Françoise Arnold".
Pero los médicos tenían razón. Su situación no mejoraba, sino que empeoraba de a poco. Un día en que yo me hallaba en su cocina, mientras me daba a probar un guiso de hongos expuso ante mí toda la historia de sus piernas. Estaba tan furiosa con los médicos que juntó todos los remedios y los echó a la basura. Inmediatamente me anunció que escribiría una carta a "los bellacos de la catedral" para pedirles ayuda; si no servía, al menos cabía esperar que no le haría mal.
Aproximadamente unos diez días más tarde nos cruzamos en las escaleras y me invitó a su casa.
Parecía perpleja y confundida, estaba nerviosa, con un nerviosismo extraño, como avergonzado y burlón.
Entramos a la habitación más grande. La señora Dubois se arregló el cabello, se secó las manos en el delantal y me tendió un sobre alargado que estaba sobre la mesa. "Es de la catedral, léalo", me dijo, mientras una sonrisa tímida y al mismo tiempo pícara se le insinuaba en el rostro.
Abrí el sobre, que conteía una carta escrita a máquina y un trozo de cuerda dentro de una bolsita de nylon. Leí en voz alta.
Le decían que habían leído con mucha atención su carta del día tal y cual, y que el problema de sus piernas era muy frecuente: los Padres de la Iglesia ya se habían dedicado a estudiar ese mal, y con la ayuda de Dios podrían a su vez ayudarla por intermedio de esa cuerda, que no era una soga común y corriente sino una hebrea especialmente cortada de la cuerda de la campana de la catedral, bendecida con las plegarias adecuadas antes de serle enviada. Debería anudársela al cuello durante siete días, repitiendo cada mañana con gran unción la plegaria adjunta; sería también conveniente que durante esa semana se comportara con recato y discreción. Agregaban finalmente que si le remordía la conciencia por algún pecado capital que hubiera cometido, no debía esperar que la hebra le brindara ayuda alguna.
Al final de la carta le informaban que ponían la hebra a su disposición gratuitamente, que al concluir la semana debía restituirla por correo certificado y que "el Señor que había asumido sobre sí todos nuestros pecados y sufrimientos, la liberaría también a ella de su dolor".
"Tonterías", prorrumpió la señora Dubois, que durante toda la lectura había escuchado atentamente, si bien de vez en cuando se insinuaba en su rostro una sutil expresión de desdén o enojo. Añadió "bellacos gordos", pero tomó la hebrea y la anudó rápidamente a su cuello, y mientras susurraba la plegaria con los ojos cerrados, la colocó entre sus senos.
Cuando terminó de recitar la plegaria, la señora Dubois abrió los ojos y dijo: "Si no quisiera llegar al final con piernas bellas, no le daría esta satisfacción", mientras señalaba con el dedo hacia arriba.
Yaacov ShabtaiTraducción: Orna Stoliar

miércoles, 17 de mayo de 2006

El ciego

Una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, vi un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida. La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella. Lo miré y de pronto lo reconocí. Me dí cuenta de que era Guno, el ciego del pueblo.Entonces, le dije: -¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano?¡Si tú no ves!
Entonces, el ciego me respondió: - Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria.Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mi... No solo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella.
Autor desconocido

martes, 16 de mayo de 2006

El vecino

"Una noche desperté oyendo un ruido insistente, que no cesaba. Era el vecino de arriba que andaba de un lado para otro, y sus pasos resonaban en el techo. ¡Aquello era insoportable! Me estaba poniendo cada vez más nervioso! Y no podía dormir. Aquellos pasos me obsesionaban. Eché una ojeada al reloj: las dos de la madrugada. Entonces fue cuando me indigné. Tenía que madrugar para ir al trabajo y necesitaba descansar y dormir. Y el vecino paseándose arriba y abajo sin parar y sin la más mínima consideración. Como no se podía hacer nada me puse a maldecidlo, a quererle mal. Y pensaba: mañana subiré arriba y le partiré la cara. En aquel tiempo era joven y podía hacerlo.
Al día siguiente subí al piso de arriba y fue entonces cuando me enteré de que el hijo de mi vecino había muerto aquella madrugada y que, durante toda la noche, aquel padre afligido había paseado en brazos a aquel pobre niño, consumido por la fiebre, como para impedir que se muriera, como para infundirle vida, insuflarle vigor, hacerle llegar su ternura, para que el niño no sufriera tanto.
Autor desconocido

lunes, 15 de mayo de 2006

La anciana

Se encontraba una familia de cinco personas pasando el día en la playa. Los niños estaban haciendo castillos de arena junto al agua cuando, a lo lejos, apareció una anciana, con sus vestidos sucios y harapientos, que recogía cosas del suelo y las introducía en una bolsa. Los padres llamaron junto a sí a los niños y les dijeron que no se acercaran a la anciana. Cuando ésta pasó junto a ellos, inclinándose una y otra vez para recoger cosas del suelo, dirigió una sonrisa a la familia. Pero no le devolvieron el saludo.
Muchas semanas más tarde supieron que la anciana llevaba toda su vida limpiando la playa de cristales para que los niños no se hirieran los pies.
Autor desconocido

domingo, 14 de mayo de 2006

El caracol

Aquel pequeño caracol emprendió la ascensión a un cerezo en un desapacible día de finales de primavera. Al verlo, unos gorriones de un árbol cercano estallaron en carcajadas: -- ¿no sabes que no hay cerezas en esta época del año?.
El caracol, sin detenerse, replicó: -- "no importa. Ya las habrá cuando llegue arriba".
Autor desconocido

La segunda oportunidad

- Siempre me fascinó la historia de los libros sibilinos - le iba diciendo yo a Mónica, mi amiga y agente literaria, mientras viajábamos en coche hacia Portugal. - Hay que aprovechar las oportunidades, o si no, se pierden para siempre.
"Las Sibilas, hechiceras capaces de predecir el futuro, vivían en la antigua Roma. Un buen día, una de ellas apareció en el palacio del emperador Tiberio con nueve libros; le dijo que allí se encontraba el futuro del Imperio, y le pidió diez talentos de oro por los textos. Tiberio lo encontró carísimo y no los quiso comprar.
La sibila salió, quemó tres libros y volvió con los seis restantes. "Son diez talentos de oro" dijo. Tiberio se rió y le ordenó que se fuera. ¿Cómo podía tener el coraje de vender seis libros por el precio de nueve?
La sibila quemó otros tres libros y regresó ante Tiberio con los únicos tres que quedaban: "cuestan los mismos diez talentos de oro". Intrigado, Tiberio terminó comprando los tres volúmenes, y solo pudo leer una pequeña parte del futuro."
Cuando terminé de contar la historia me di cuenta de que estábamos pasando por Ciudad Rodrigo, en la frontera de España con Portugal. Allí, cuatro años antes, me habían ofrecido un libro, que yo no compré.
- Vamos a parar. Creo que el hecho de haberme acordado de los libros sibilinos ha sido una señal para que corrija un error del pasado.
Durante el primer viaje de divulgación de mis libros en Europa, había decidido almorzar en aquella ciudad. Después fui a visitar la catedral y encontré a un padre. " Vea como el sol del atardecer embellece todo aquí adentro", me dijo. Me gustó el comentario, conversamos un poco, y él me guió por los altares, claustros y jardines interiores del templo. Al final, me ofreció un libro que había escrito sobre la iglesia, pero yo no lo quise comprar. Cuando salí, me sentí culpable; yo era escritor, estaba en Europa tratando de vender mi trabajo: ¿por qué no comprar el libro del padre, por solidaridad? Pero después olvidé el episodio. Hasta aquel momento.
Detuve el coche; Mónica y yo nos encaminamos hacia la plaza que estaba frente a la iglesia, donde una mujer contemplaba el cielo.
- Buenas tardes. Estoy buscando a un padre que escribió un libro sobre esta iglesia.
- Ese padre, que se llamaba Estanislao, se murió el año pasado - me respondió ella.
Sentí una inmensa tristeza. ¿Por qué no habría dado yo al padre Estanislao la misma alegría que sentía yo cuando veía a alguien con uno de mis libros?
- Era uno de los hombres más bondadosos que que he conocido - continuó la mujer. Venía de familia humilde, pero llegó a ser especialista en arqueología. Ayudó a conseguir para mi hijo una beca en el colegio.
Le comenté a ella lo que me había llevado allí.
- No se culpe inútilmente, hijo mío - dijo. Vaya a visitar otra vez la catedral.
Pensé que era una señal, e hice lo que me mandaba.
Solo había un padre en un confesionario, esperando a los fieles que no acudían. Me dirigí hacia él, que me hizo una seña para que me arrodillase, pero yo le interrumpí.
- No quiero confesarme; solo vine a comprar un libro sobre esta iglesia, escrito por un hombre llamado Estanislao.
Los ojos del padre brillaron. Salió del confesionario y volvió minutos después con un ejemplar.
- ¡Qué alegría que haya venido para esto! - me dijo. - Soy hermano del padre Estanislao, y esto me llena de orgullo! ¡Él debe de estar en el cielo, contento al ver que su trabajo es apreciado!
Con tantos padres por allí, yo había encontrado justamente al hermano de Estanislao. Pagué el libro y le agradecí. Él me abrazó. Cuando iba saliendo, escuché su voz.
- Vea como el sol del atardecer embellece todo aquí adentro - me dijo.
Eran las mismas palabras que el padre Estanislao me había dicho cuatro años antes. Siempre hay una segunda oportunidad en la vida.
Coelho

viernes, 12 de mayo de 2006

La estupidez humana

Se cuenta que en la corte de la milenaria China un cortesanosalvó al príncipe heredero de morir ahogado...lo honraronvarios días seguidos...antes de ...pues había cometido el sacrilegio de tocar un cuerpo real, lo cual estaba penado con la decapitación...

jueves, 11 de mayo de 2006

El eclipse

Cuando la luna apaga el sol, los indios Kayapó disparan flechas de fuego hacia el cielo, para devolver al sol su luz perdida. Los barí suenan tambores, para que el sol regrese. Los aymaras lloran, y a gritos suplican al sol que no los abandone.
A fines del 94, hubo pánico en Potosí. Cayó la noche en plena mañana y quedó el cielo súbitamente negro y con estrellas. En aquel mundo helado de muerte, mundo del fin del tiempo, lloraron los indios, aullaron los perros, se escondieron los pájaros, y en un santiamén se marchitaron las flores.
Helena Villagra estaba allí. Cuando el eclipse acabó, ella sintió que algo le faltaba en una oreja. Un arete, un solcito de plata, se le había caído. Ella buscó al pequeño sol por los suelos, durante largo rato, aunque sabía que no iba a encontrarlo jamás.
Eduardo Galeano

miércoles, 10 de mayo de 2006

El sol

En algún lugar de Pennsylvania, Anne Merak trabaja como ayudante del sol.Ella está en el oficio desde que tiene memoria.
Al fin de cada noche, Anne alza sus brazos y empuja al sol, para que irrumpa el cielo; y al fin de cada día, bajando los brazos, acuesta al sol en el horizonte.Era muy chiquita cuando empezó esta tarea y jamás ha fallado a su trabajo.
Hace medio siglo, la declararon loca. Desde entonces, Anne ha pasado por varios manicomios y ha engullido muchísimas pastillas.Nunca consiguieron curarla.Menos mal.
Eduardo Galeano

martes, 9 de mayo de 2006

El capullo y la mariposa

...Un hombre encontró un capullo de una mariposa y se lo llevó a casa para poder ver a la mariposa cuando saliera del capullo.

...Un día vio que había un pequeño orificio y entonces se sentó a observar por varias horas, viendo que la mariposa luchaba por abrirlo más grande y poder salir.

...El hombre vio que forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño agujero, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado de forcejear, pues aparentemente no progresaba en su intento.

Pareció que se había atascado.
Entonces el hombre, en su bondad, decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña tijera cortó al lado del agujero para hacerlo mas grande y ahí fue que por fin la mariposa pudo salir del capullo.

Sin embargo al salir la mariposa tenía el cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas.

El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducir lo hinchado que estaba.

Ninguna de las dos situaciones sucedieron y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado sus alas dobladas nunca pudo llegar a volar.

Lo que el hombre en su bondad y apuro no entendió, fue que la restricción de la apertura del capullo y la lucha requerida por la mariposa, para salir por el diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que estuviesen grandes y fuertes y luego pudiese volar.

Autor desconocido

lunes, 8 de mayo de 2006

La alegría de dar

Durante una comida en el monasterio de Sceta, el padre de más edad se levantó para servir agua a los demás. Con gran esfuerzo, fue de mesa en mesa pero ninguno de los padres aceptó. “Somos indignos del sacrificio de este santo”, pensaban. Cuando el viejo llegó a la mesa del Abad João Pequeño, este pidio que le llenase el vaso hasta el borde. Los otros monjes contemplaron la escena horrorizados. Al final de la comida, reprendieron a João: - ¿Cómo puedes juzgarte digno de que te sirva un hombre santo? ¿No viste que apenas podía levantar la garrafa? ¿No viste como le temblaban las manos? - ¿Cómo puedo impedir que el bien se manifieste? – respondió João -. Vosotros, que os considerais perfectos, no tuvisteis la humildad de recibir, y el pobre hombre no tuvo la alegría de dar.
Paulo Coelho

domingo, 7 de mayo de 2006

Lágrimas de una mujer

-¿Por que lloras mamá?, le pregunto un niñito a su madre.Porque soy mujer, le contesto la mujer.
- Pero yo no entiendo.-Su madre se inclino hacia el y abrazándolo le dijo, Y nunca lo entenderás.
- Más tarde el niñito le pregunto a su padre:Por qué mamá llora a veces sin ninguna razón?
-Todas las mujeres lloran siempre sin ninguna razón.
Era todo lo que el padre le podía contestar.
El pequeño niño creció y se convirtió en todo un hombre preguntándose todavía por qué era que las mujeres lloraban.
Un día el niño convertido en hombre se arrodillo y le pregunto a Dios:¿Por qué lloran tan fácilmente las mujeres? y Dios le dijo:"Cuando hice a la mujer tenia que ser algo especial.
Hice sus hombros suficientemente fuertes como para cargar el peso del mundo entero, pero a su vez, lo suficientemente suave para confortar a quién lo necesite.
Le di una inmensa fuerza interior para que pudiera soportar el dolor de dar a luz y hasta el rechazo que muchas veces proviene de sus propios hijos.
Le di una dureza que le permite seguir adelante y cuidar a su familia,a pesar de las enfermedades y la fatiga, y sin quejarse aun cuando otros se rinden.
Le di la sensibilidad para amar a un niño bajo cualquier circunstancia,aún cuando su niño la haya lastimado mucho.
Esa misma sensibilidad que hace que cualquier tristeza, llanto o dolor del niño desaparezca y que le hace compartir las ansiedades y miedos de la adolescencia, e incluso de la edad madura...
Le di sabiduría para saber que un buen esposo nunca lastimaría a su esposa y a vecesle pongo pruebas para medir su fuerza y su determinación para mantenerse a su lado,a pesar de todo.
Le di lágrimas de las reales que brotan de ella exclusivamente cuando su ser necesita expresarse más allá de las palabras.
Esa es su única debilidad...lagrimas que piden perdón por los errores y la dureza delcorazón de la humanidad".
Le doy gracias a Dios por haber creado a la mujer.
"ahora comprendo el sentir de mi madre, hermana o esposa respondió el hombre con un fuerte suspiro en sus labios "
Autor desconocido

sábado, 6 de mayo de 2006

Una leyenda árabe de la creación

En su "Libro del Fantasma" Alejandro Dolina asocia la historia de la arena a una de las leyendas de la creación del pueblo árabe.
Dice él que cuando acababa de construir el mundo, uno de los ángeles advirtió al Todopoderoso que había olvidado colocar arena en la Tierra, grave defecto si consideramos que los seres humanos estarían privados para siempre de caminar junto a los mares, masajeando sus pies cansados y sintiendo el contacto con el suelo.
Además de esto, el fondo de los ríos sería siempre áspero y pedregoso, los arquitectos no podrían usar un material indispensable, las huellas de los enamorados serían invisibles..Dispuesto a remediar el olvido, Dios envió al Arcángel Gabriel con una enorme bolsa para que derramase arena en todos los lugares donde fuera necesario.
Gabriel hizo las playas, el lecho de los ríos, y cuando regresaba al cielo trayendo el material que le había sobrado, el Enemigo - siempre atento, siempre dispuesto a estropear la obra del Todopoderoso - consiguió hacer un agujero en la bolsa , que reventó, derramando todo su contenido. Esto sucedió en el lugar que es hoy Arabia, y casi toda la región se transformó en un inmenso desierto.
Gabriel, desolado, fue a pedir disculpas al Señor por haber dejado que el enemigo se aproximase sin ser visto. Y Dios, en Su infinita sabiduría, decidió recompensar al pueblo árabe por el error involuntario de su mensajero.
Creó para ellos un cielo lleno de estrellas, como no existe en ningún otro lugar del mundo, para que siempre mirasen hacia lo alto.
Creó el turbante, que, bajo el sol del desierto, es mucho más valioso que una corona.
Creó la tienda, permitiendo que las personas se desplazaran de un lugar a otro teniendo siempre nuevos paisajes a su alrededor y sin las tediosas obligaciones de manutención de palacios.
Enseñó al pueblo a forjar el mejor acero para la espada. Creó al camello. Desarrolló la mejor raza de caballos.
Y le dio algo más precioso que estas y todas las otras cosas juntas: la palabra, el verdadero oro de los árabes. Mientras que los otros pueblos modelaban los metales y las piedras, los pueblos de Arabia aprendían a modelar el verbo.
Allí, el poeta pasó a ser sacerdote, juez, médico, jefe de los beduinos, Sus versos poseen poder: `pueden traer alegría, tristeza, nostalgia. Pueden desencadenar la venganza y la guerra, unir a los amantes, reproducir el canto de los pájaros.
Y concluye Alejandro Dolina:
"Los errores de Dios, como los de grandes artistas o de los verdaderos enamorados, desencadenan tantas compensaciones felices que a veces vale la pena desearlos.

viernes, 5 de mayo de 2006

Humo, siempre quería mas

..Hace muchos años, en la isla de Hokkaido, vivía un joven llamado Humi, que se ganaba el sustento picando piedras. Aunque joven y sano, no estaba contento con su destino, y se quejaba noche y día. ..Humi, pese a no conocer bien el cristianismo, sabía que, según su tradición, al menos una vez al año se satisfacían los deseos de la humanidad. ..Así, un día de Navidad rezó con mucha fe y, para su sorpresa, se le acabó apareciendo un ángel. -..Tienes salud y toda una vida por delante -le dijo el ángel. -..Todos los jóvenes deben empezar a hacer algo. ¿Por qué vives tú quejándote? -..Dios ha sido injusto conmigo y no me ha dado la oportunidad de llegar lejos -respondió Humi. Preocupado, el ángel fue a presencia del Señor para pedirle ayuda y que su protegido no terminara por perder el alma. -Que se haga tu voluntad -dijo el Señor. -Como es Navidad, todo lo que Humi desee le será concedido. Al día siguiente, Humi estaba picando piedras cuando vio pasar un carruaje que llevaba a un noble cubierto de joyas. Pasándose las manos por el rostro sucio y sudoroso, Humi dijo con amargura: -¿Por qué no puedo ser noble yo también? ¡Ése es mi destino! -¡Así sea! -murmuró su ángel con inmensa alegría. Y Humi se convirtió en dueño de un suntuoso palacio y de muchas tierras, rodeado de sirvientes y caballos. Acostumbraba a salir todos los días con su impresionante cortejo, y le gustaba ver a sus antiguos compañeros alineados a los lados de la calle, mirándolo con respeto. Una tarde, el calor era insoportable, incluso bajo su parasol dorado, Humi sudaba como en los días en que picaba piedras. Se dio cuenta entonces de que no era tan importante como pensaba: por encima de él había príncipes, emperadores, y más alto todavía estaba el sol, que no obedecía a nadie, pues él era el verdadero rey. -¡Ángel mío! ¿Por qué no puedo ser el sol? ¡Ése debe ser mi destino! -se lamentó Humi. -¡Que así sea! -exclamó el ángel, ocultando su tristeza ante tanta ambición. Y Humi fue el sol, como era su deseo. Mientras brillaba en el cielo, maravillado con su gigantesco poder para hacer madurar las cosechas o quemarlas a su voluntad, vio un punto negro que comenzaba a avanzar a su encuentro. La mancha oscura fue creciendo y Humi se dio cuenta de que era una nube que se extendía a su alrededor y le impedía ver la Tierra. -¡Ángel mío! -gritó Humi. -¡La nube es más fuerte que el sol! ¡Mi destino es ser nube! -¡Así sea! -respondió el ángel. Humi se convirtió en nube y vio realizado su sueño. -¡Soy poderoso! -gritaba, oscureciendo al sol. -¡Soy invencible!-tronaba, persiguiendo a las olas. Pero en la costa desierta del océano se erguía una inmensa roca de granito, tan vieja como el mundo. Humi pensó que la roca lo desafiaba y desencadenó una tempestad como el mundo no había visto jamás. Las olas, enormes y furiosas, golpeaban la roca, intentando arrancarla del suelo y lanzarla al fondo del mar. Pero, firme e impasible, la roca continuaba en su sitio. -¡Ángel mío! -sollozaba Humi. -¡La roca es más fuerte que la nube! ¡Mi destino es ser roca! Y Humi se convirtió en roca. -¿Quién podrá vencerme ahora? -se preguntaba. -¡Soy el más poderoso del mundo! Y así pasaron varios años, hasta que, una mañana, Humi sintió una punzada aguda en sus entrañas de piedra, seguida de un profundo dolor, como si una parte de su cuerpo de granito estuviese siendo lacerada. En seguida oyó unos golpes sordos, y de nuevo un inmenso dolor. Loco de espanto, gritó:-¡Ángel mío, alguien está intentando matarme! ¡Tiene más poder que yo, quiero ser como él! -¡Así sea! -exclamó el ángel, llorando. Y así fue como Humi volvió a picar piedras.
Autor desconocido

jueves, 4 de mayo de 2006

Mandar no es dirigir

El primer día, el nuevo gerente general, acompañado por sus principales colaboradores, hizo una inspección en la empresa. En la planta todos estaban trabajando, pero un muchacho estaba recostado contra la pared con las manos en los bolsillos. Viendo una buena oportunidad para dejar bien clara su filosofía de trabajo, el nuevo gerente le preguntó al joven:
-¿Cuánto gana usted por mes? - Trescientos pesos, señor, ¿por qué? - respondió el muchacho sin saber de qué se trataba.
El gerente sacó $300 del bolsillo y se los entregó al joven, diciendo: - Aquí está el sueldo de este mes. Ahora desaparezca y ¡no vuelva nunca más!
El joven guardó el dinero y se fue, de acuerdo a las órdenes recibidas.El gerente entonces, orgulloso, pregunta a un grupo de operarios:- ¿Alguno de ustedes puede decirme qué hacía ese joven? - Si, señor - respondieron atónitos los operarios - Vino a entregar una pizza...
Autor desconocido

miércoles, 3 de mayo de 2006

El lápiz del abuelo

Un niño miraba a su abuelo escribir una carta. En un momento dado, le preguntó:
-¿Estás escribiendo una historia que nos pasó a los dos? ¿Es, por casualidad, una historia sobre mí?
El abuelo dejó de escribir, sonrió y le dijo al nieto:
-Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas.
El niño miró el lápiz, intrigado, y no vio nada de especial.
-¡Pero si es igual a todos los lápices que he visto en mi vida!
-Todo depende del modo en que mires las cosas? Hay en él cinco cualidades que, si consigues mantenerlas, harán de ti una persona por siempre en paz con el mundo.
"Primera cualidad: Puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que existe una mano que guía tus pasos. Esta mano nosotros la llamamos Dios, y Él siempre te conducirá en dirección a su voluntad.
"Segunda cualidad: De vez en cuando necesito dejar lo que estoy escribiendo y usar el sacapuntas. Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final, está más afilado. Por lo tanto, debes ser capaz de soportar algunos dolores, porque te harán mejor persona.
"Tercera cualidad: El lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar aquello que está mal. Entiende que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino de la justicia.
"Cuarta cualidad: Lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro. Por lo tanto, cuida siempre de lo que sucede en tu interior.
"Finalmente, la quinta cualidad del lápiz: Siempre deja una marca. De la misma manera, has de saber que todo lo que hagas en la vida dejará trazos. Intenta ser consciente de cada acción."
Autor desconocido

martes, 2 de mayo de 2006

La maestra

Hace muchos años, al inicio del año escolar dentro de un salon de clases, se encontraba una maestra de primaria conocida como la señora Thomson al frente de su alumnos de quinto grado. Como la mayoría de los maestros ella miro a sus alumnos y les dijo que a todos los queria por igual, pero eso era una mentira porque en la fila de adelante se encontraba hundido en su asiento un niño llamado Jim Stoddard, el cual la Sra Thompson conocia desde el año anterior y habia observado que él era un niño que no jugaba bien con los otros niños, que sus ropas estaban desaliñadas y constantemente nececitaba ir al baño.
Con el paso del tiempo la relación entre la Sra Thompson con Jim se volvio desagradable, llego al punto que la Sra Thomson sentia gusto al marcar sus tareas con grandes taches de color rojo y poner una gran "I" en el encabezado de estas. Un día la coordinadora pidío a la Sra Thompson revisar los expedientes anteriores de cada niño de su clase y ella puso el de Jim al final, sin embargo cuando reviso su archivo se llevó una gran sorpresa. La maestra de primer grado del niño había escrito"Jim es un niño brillante, con una sonrisa espontánea", hace sus deberes limpiamente y tiene buenos modales. Es un deleite tenerlo cerca. Su maestra de segundo grado escribio "Jim es un excelente alumno, apreciado por sus compañeros pero tiene problemas debido a que su madre tiene una enfermedad incurable y su vida en casa es una constante lucha". Su maestra de tercer grado escribio "la muerte de su madre ha sido muy dura para él", él trato de hacer su máximo esfuerzo pero su padre no muestra ningún interes y su vida en casa le afectara pronto sino se toman algunas acciones. Su maestra de cuarto grado "Jim es descuidado y no muestra mucho interes en la escuela, no tiene muchos amigos y en ocasiones se duerme en clase.En ese momento la Sra Thompson se dio cuenta del problema y se sintio apenada con sigo misma, ella se sintio tadavía peor cuando al llegar navidad todos los alumnos le llevaron sus regalos envueltos cada uno de ellos en papeles brillantes y preciosos listones, excepto el de Jim, su regalo estab torpemente envuelto en el pesado papel café que tomo de una bolsa del supermercado, algunos niños empezaron a reir cuando ella encontro dentro del papel un brazalete de piedras al que le faltaban algunas y la cuarta parte de un perfume, pero ella minimizo las risas de los niños cuando exclamo ¿que brazalete tan bonito! poniendoselo y rociando un poco de perfume en su muñeca. Jim se quedo ese día después de clase para decirle a su maestra "Sra Thompson hoy usted olio como mi mama olia y su brazo se vío como el de ella." Después que los niños se fueron, ella lloro amargamente por lo menos una hora, desde ese día ella renuncio a enseñar solo lectura,escritura y aritmética, en su lugar comenzó a enseñar valores, sentimientos y principios a los niños; La SRa Thompson le tomo especial aprecio a Jim, a medida que trabajaba con él su mente parecia volver a la vidad, mientras más lo motivaba, más rápido respondía. Al final de año Jim se había convertido en uno de los niños más listos de la clase y era uno de sus consentidos. Un año después ella encontro una nota de Jim debajo de la puerta del salón, diciendole que ella era la mejor maestra que él había tenido en su vida....Pasaron 6 años antes de que ella recibiera otra nota de Jim, él entonces escribio que ya había terminado la preparatoria, había obtenido el tercer lugar en su clase y que ella tadavía era la mejor maestra que hábia tenido en su vida....Cuatro años después recibio otra carta diciendole que no importando en ocasiones las cosa habían sido duras él había permanecido en la escuela y pronto se graduaría de la universidad con honores, y le aseguro a la Sra Thompson que ella era aún la mejor maestra que ella hábia tenido en su vida....Luego pasaron cuatro años y llego otra carta, esta vez le explico que después de haber recibido su titulo universitario , él deidio ir un poco más alla, y le volvio a reiterar que ella seguia siendo la mejor maestra de su vida, solo que ahora su nombre era más largo y la carta estaba firmada por el Dr. James F Stoodard,M.B... El tiempo paso y en una carta posterior Jim le deia que había conocido una chica y que se iba a casar, él le explico que su padre había muerto hace dos años y él le preguntaba si ella accedería a sentarse en el lugar que normalmente estaba reservado para la mama del novio. Por supuesto que ella accedio. Para el día de la boda ella uso aquel brazalete con varias piedras faltantes y le aseguro usar el mismo perfume que le recordaba a su madre; ellos se abrazaros y el Dr. Stooddard susurro al oído de la Sra Thompson "Gracias Sra Tompnson por creer en mí, muchas gracias por hacerme sentir importante y por enseñarme que yo podía hacer la diferncia"; La SRa Thompson con lágrimas en los ojos le susurro de vuelta diciendole "mi niño tú estas equivocado, fuistes tú quien me enseño que yo podía hacer la diferencia, no sabia como enseñar hasta que te conoci..."
Autor desconocido

lunes, 1 de mayo de 2006

La carrera de sapos

Era una vez una carrera... de sapos.
El objetivo era llegar a lo alto de una gran torre. Había en el lugar una gran multitud. Mucha gente para vibrar y gritar por ellos. Comenzó la competencia.
Pero como la multitud no creía que pudieran alcanzar la cima de aquella torre, lo que más se escuchaba era:
- ¡Que pena!! Esos sapos no lo van a conseguir... no lo van a conseguir...
Los sapitos comenzaron a desistir. Pero había uno que persistía y continuaba subiendo en busca de la cima.
La multitud continuaba gritando:- ¡Que pena!! Ustedes no lo van a conseguir...
Y los sapitos estaban dándose por vencidos, salvo aquel sapito que seguía y seguía tranquilo, y ahora cada vez más con más fuerza.
Ya llegando el final de la competición todos desistieron, menos ese sapito que curiosamente en contra de todos, seguía. Llegó a la cima con todo su esfuerzo.
Los otros querían saber qué le había pasado. Un sapito le fue a preguntar cómo él había conseguido concluir la prueba.
Y descubrieron que... ¡Era sordo!
Autor desconocido